Con motivo del estreno del álbum Soleado, álbum debut homónimo de Juanma Latorre y de Ester Rodríguez, me he podido reunir con ambos para conocer más de cerca este proyecto y cómo lo están viviendo.
El nacimiento de Soleado
Juanma Latorre comenta que Soleado es un trabajo que para ambos ha sido muy importante tanto en lo personal como en lo musical, ya que les ha permitido explorar con profundidad ese territorio donde se encuentran el pop y el folclore. Son elementos que ya habían estado presentes en otros proyectos, pero no con esta intensidad y proyección. Personalmente, destaca haber podido trabajar con una amiga a la que admiraba y quería desde hace tiempo y con la que llevaba tiempo queriendo compartir más tanto en lo personal como en lo artístico. Ahora se están dedicando a ello de forma prioritaria, aunque ambos lleven otros proyectos en paralelo.
Respecto a Soleado, Ester Rodríguez confiesa que, ante todo, el álbum les despierta curiosidad. Su intención con el proyecto es aunar la música tradicional, buscando sonidos e instrumentos que recrean ese ambiente, utilizando a la vez la electrónica como otro vehículo para dar forma a las canciones. Sienten mucha curiosidad por este tipo de propuesta de género híbrido, contaba orgullosa.
Latorre cree que, en este caso, el verdadero proceso creativo ha sido el propio estudio de grabación. Están en un punto con unas ideas claras, sabiendo qué quieren contar y cómo hacerlo, por lo que la elección de los temas que han entrado surgió de un modo sencillo. Antes de ello, por supuesto, tuvieron que definir cuál es el lenguaje del grupo, tanto musical como lírico: su forma de componer y cuál era la esencia del proyecto a todos los niveles.
Desgranando Soleado
Argumenta que llegar a este punto les ha llevado tres años y que han tenido canciones que se han quedado fuera. Aunque las honran porque han formado parte del proceso, las considera sacrificios en el altar de la imagen final del disco, por lo que no cree que puedan rescatarse. Sí confiesa que hubo dos canciones que quedaron fuera por falta de tiempo y que quizá recuperen, pero el alumbramiento sonoro y lírico de Soleado también guarda temas que quedarán solo en el recuerdo.
Ester destaca que, respecto a poner banda sonora a una película con este trabajo, aunque podría pensarse en una película española, también le pondrían banda sonora a una película sueca con este disco. Recuerda, además, que anteriormente Juanma ya ha puesto música a Teresa y a La Virgen Roja, y no descartan que algún día vuelva a suceder.
Como recomendaciones culturales, Ester cree que es imprescindible nombrar a la gente que les acompaña en el directo, ya que considera que son grandes artistas con una enorme sensibilidad y se sienten muy afortunados de tenerles en el equipo. Cita, por ejemplo, a Iván Mellén, que les ha acompañado en el disco, al que define como un gran trabajador y explorador de sonidos tradicionales y que está trabajando en un nuevo proyecto personal. Como recomendación cultural, nos habla también de su gusto por la novela gráfica y menciona que recientemente ha terminado El cuerpo de Cristo, de Bea Lema, que le ha fascinado.
Cara a un futuro brillante como el sol
En cuanto a la gira, esperan que sea intensa y larga. Tienen muchas ganas de poner las canciones en el escenario y ver qué va a ocurrir en vivo, ya que han sido temas muy trabajados en “laboratorio”, nacidos usando el estudio como herramienta para grabar, cortar y manipular. Ellos vienen más del directo que del laboratorio, pero al crear música desde las herramientas tecnológicas también han descubierto algo nuevo que les ha encantado. Están deseando ver las reacciones en directo de la gente y lo que todo esto crea en quienes les escuchan. No buscan una dirección concreta, ya que Latorre cree que las mejores aventuras vienen de los sitios más insospechados y que los mejores recuerdos nacen de los lugares que uno no sabía que iba a encontrar.
Juanma Latorre destaca como el tema más enérgico Como tu sombra en mi reja, una canción de cantar en corro y de baile, donde aparecen las coplas y las canciones en un juego de pasos de un lado a otro de ese círculo humano. La idea de verbena y celebración está muy presente, con un tono pícaro y una gran carga rítmica.
En cuanto a los temas más personales, ambos creen que, en realidad, lo son todos. Son personas con una educación sentimental y una idea de la música en la que hacer canciones implica poner toda la carne en el asador con sus vivencias y sentimientos. No escriben por encargo, sino desde lo que les sale de dentro, sin ponerse en el lugar del otro sino desde su propia experiencia. Aun así, destacan Tengo yo un ángel, muy pegada a una anécdota personal: está dedicada a la abuela de Ester, que falleció por alzhéimer, y habla tanto de ella como de la importancia de permanecer en el recuerdo de las personas que nos quieren.
Hablando de ellos mismos, Ester compartía que, para ella, Juanma es una persona muy generosa. Comenta que conoce a músicos muy buenos, pero no siempre tan generosos. Cree que ha aprendido mucho de todo lo que ha tenido alrededor y valora que haya compartido ese conocimiento con ella, además de ser muy perfeccionista, alguien que va al borde de la nave como capitán y una persona muy importante para ella.
Juanma, por su parte, cree que Ester es para él una gran amiga y una gran compañera, algo difícil de encontrar, y que eso hace que todo sea más sencillo y esté en su justa medida. Recuerda que trabajan en un mundo en el que lo que va bien o va mal tiende a magnificarse, y en el que a veces se pierde de vista que lo más importante son las personas. Para él, eso es esencial en la música, y Ester mantiene ese punto humano en el lugar óptimo. Destaca también su capacidad vocal y la manera en que crea armonías y paisajes sonoros maravillosos.
Recordando anécdotas de la grabación, rememoran las sesiones con Iván Mellén y la percusión que llevó al estudio: objetos cotidianos como sartenes, manojos de llaves o abanicos, en el contexto de un estudio de música electrónica como el de Pau Paredes, donde esos objetos se usan como instrumentos, también en clave de percusión tradicional. Pau alucinaba con el sonido y lo transformaba en tiempo real, haciendo que fuese algo mágico gracias a la alquimia del estudio. Ellos se relajaban al no tener que grabar, sino limitarse a ver lo que sucedía entre un sabio de lo antiguo y lo ancestral y un sabio de la vanguardia, lo contemporáneo y la electrónica.
También querían hacer hincapié en la parte visual: el arte del disco, los videoclips de Juan Carlos Quindos y el estilismo de Alejandro Viña, que son quienes dan forma a este universo. Tenían muy claro lo musical, pero en la imagen necesitaban una mano extra y ellos han sido el complemento perfecto. Ahora solo desean que la gente disfrute del disco y del proceso tanto como lo han hecho ellos.
Y vosotros, ¿os vais a perder Soleado?
Esther Soledad Esteban Castillo
Lunas Pasajeras 