Hoy os traigo mi entrevista a Xan Campos con motivo de su participación en el festival Nuevos Territorios. Aquí podréis conocer más sobre su trayectoria y acercaros más a él; no dejéis de leer todo lo que nos ha compartido:
1. ¿En qué momento decidiste dedicarte profesionalmente a la música?
No tuve mucha consciencia de esa decisión. Fue lo natural, lo que tenía que pasar. De adolescente me encontré con un grupo de gente más o menos de mi edad que tenía los mismos intereses y fuimos de la mano. Afortunadamente, siempre estuve rodeado de personas que me inspiraron y me apoyaron, como Iago Fernández y Virxilio Da Silva, dos de los músicos que estarán conmigo este viernes en el escenario.
2. ¿Cómo recuerdas tu camino y tu aprendizaje a lo largo de estos años?
A nivel académico, me formé en el Seminario de Jazz de Pontevedra, en el Musikene de Donostia y posteriormente cursé un máster itinerante por varios conservatorios europeos: RMC de Copenhague, Conservatorium van Amsterdam y Jazz Institut Berlin. En todas estas escuelas tuve muy buenos profesores que me marcaron mucho.
A nivel profesional, he tenido la suerte desde muy joven de tocar y grabar con grandísimos músicos, de estar en contacto con las escenas de varios países y de sentirme siempre muy valorado por mis compañeros y compañeras y también por los diferentes públicos. Eso me hizo tener energías y confianza porque también hubo momentos malos. Para crecer como músico tienes que ser autocrítico y exigente, y a veces es difícil encontrar el equilibrio en tu autoestima para sentirte bien contigo mismo. Además, el jazz es muy desagradecido porque es una música totalmente imperfecta. En realidad, eso es lo que la hace tan genial, pero cuando estás estudiando puede provocarte la sensación de que siempre estás buscando algo que nunca vas a encontrar.
3. ¿Qué cambios más notables has visto en la industria musical con el paso del tiempo?
Es evidente que el mundo de la música está cambiando muy rápido en los últimos años, al igual que toda la sociedad. En mi opinión no es un momento fácil para nosotros porque, a pesar de que la tecnología nos da herramientas interesantes y mejora la accesibilidad, también provoca un exceso de información y convierte a nuestra música y a nosotros mismos en un producto comercial más dentro de la selva capitalista que es el mundo digital y las redes sociales.
Por otro lado, creo que la industria musical cada vez tiene más fuerza y mueve más dinero, pero eso no repercute en los artistas, sino más bien al contrario. La precarización ha aumentado y cada vez es más difícil hacer música pensando en términos artísticos en vez de económicos.
Cada vez está más de moda el modelo de macrofestivales, organizados por grandes productoras y que abandonan el fomento de la cultura para ser puro entretenimiento de masas. Por eso valoramos tanto que haya propuestas como el ciclo Nuevos Territorios, de pequeño formato y con programadores independientes.
4. ¿Cuál sería la banda sonora personal de tu vida?
La sinfonía 4 de Brahms, Coltrane’s Sound de John Coltrane, Shields de Grizzly Bear y mucho, mucho Radiohead.
5. ¿Un lugar especial de Galicia que nos puedas recomendar?
Como soy de la costa y me crié al lado del mar, me llama la atención el interior y la montaña. En las sierras de O Courel y Os Ancares hay paisajes espectaculares, aldeas que te transportan a otra época y, sobre todo, se conserva el ecosistema con árboles autóctonos y resiste a la plaga de eucalipto que infesta la mayor parte del territorio gallego.
6. ¿Alguna anécdota de tus viajes a los festivales de Latinoamérica?
La verdad es que tengo muchas anécdotas, aunque quizás no tanto de los festivales más grandes como de otros conciertos más pequeños. El más especial que recuerdo fue uno en Ecuador, en un pueblo a la entrada del Amazonas, porque era el primer concierto de jazz en la historia del pueblo y el primero con músicos extranjeros. Por cierto, que tuvimos que viajar un día más tarde porque el avión que íbamos a coger se estrelló justo antes de embarcar.
También se me viene a la cabeza un club en República Dominicana en el que los músicos estábamos invitados a beber ron, pero el agua teníamos que pagarla.
7. ¿Cuál ha sido tu ciudad preferida o la que más ha llamado tu atención?
Si me preguntas de América Latina, me encantó Montevideo. Si tengo que elegir una ciudad de las que he vivido, me quedo con Copenhague. Estuve muy a gusto allí y además fue una época muy prolífica y creativa.
De todas formas, en realidad yo soy más de pueblos pequeños. Me gusta tener contacto con la naturaleza, con la tierra y buscar un estilo de vida más tranquilo. En la aldea hay una calidad de vida incomparable a la de la ciudad y, aunque hay menos actividad y menos conexiones profesionales, lo que ganas en felicidad y bienestar es tanto que yo siempre tuve claro dónde quería vivir.
8. ¿Un lugar especial de Nueva York para ti?
Había un sitio muy especial para mí, un bar llamado Grassroots Tavern que estaba en St. Marks Place. Era un antro sin nada especial, pero la casualidad quiso que allí conociese en 2008 a mi pareja y madre de mis hijas. Volvimos varias veces por allí, pero hace unos años cerró y ahora creo que hay una guardería de perros o algo así.
También pasé muchas horas en el Fat Cat, ahora llamado Cellar Dog, jugando al shuffleboard o al ping pong y tocando en la jam session o escuchando hasta la madrugada.
9. ¿Futuros sueños o proyectos que tengas entre manos?
Estoy dedicándole mucha energía al proyecto con el que estaremos en la Sala Berlanga. Por ahora se llama «amorod(i)os», aunque es posible que no sea el nombre definitivo. Por un lado, supone una cierta continuidad con respecto a la música de Xan Campos Trío, que es mi proyecto más importante, con el que llevamos tocando, explorando y evolucionando casi veinte años. Tenemos un enfoque jazzeiro pero, a nivel estético, están presentes todos los géneros que nos gustan: desde el rock y el pop hasta la electrónica o la música clásica. Pero en esta nueva formación hay novedades muy importantes. Quizás la más llamativa es la presencia de la voz y la pandereta de Faia Díaz, que nos sumerge en el folclore gallego y completa nuestro universo sonoro.
Estoy muy entusiasmado con este proyecto y la idea que tenemos es grabar disco en los próximos meses e intentar compartir nuestra música con el mayor número de gente posible.
10. ¿Algo más por aportar o añadir a la entrevista?
Simplemente animar a toda la gente a que venga a nuestro concierto. Creo que es una música que les va a sorprender y que les va a descubrir nuevas sonoridades.
Esther Soledad Esteban Castillo
