Introducción. Con motivo de su participación en el ciclo flamenco del Café Berlín, tuve la oportunidad de conversar con Patricia Guerrero, una de las grandes figuras del baile flamenco actual, reconocida por su capacidad de dialogar con la raíz y la vanguardia con la misma verdad escénica. Ganadora del Premio Nacional de Danza 2021, primera bailarina del Ballet Flamenco de Andalucía en su momento y, hoy, directora de la misma institución, Guerrero ha construido una carrera sólida marcada por creaciones esenciales como Catedral, Distopía o Paraíso Perdido. En esta entrevista nos habla de Proceso Eterno, de su relación íntima con el flamenco, de los desafíos del sector y de esa visión fresca que quiere imprimir a la nueva etapa que ahora inicia.
Con motivo de su participación en el Ciclo flamenco del Café Berlín me he podido reunir con Patricia Guerrero para acercarme más a su carrera y descubrir su visión del flamenco y su amor por la profesión. A continuación os dejo su biografía y la entrevista, no os la perdáis:
Patricia Guerrero tiene profundas raíces flamencas, al tiempo que siempre ha explorado otros estilos de música y danza. Comienza a recibir clases a los tres años de edad, en la academia de su madre. Su aprendizaje incluye a maestros como Mario Maya y Rubén Olmo, con influencias del clásico español y del contemporáneo.
En 2010 estrena su primer trabajo en solitario, Desde el Albayzín, con el que recorre Europa. También recibe la invitación de Carlos Saura para aparecer como solista en la gira mundial del espectáculo Flamenco Hoy y en su película Flamenco, Flamenco. En 2011 Patricia es elegida primera bailarina del Ballet Flamenco de Andalucía.
Las producciones de su propia compañía incluyen Latidos del agua (2013) y Touché. En 2016 estrena en la XIX Bienal de Sevilla Catedral, galardonado con el Giraldillo a Mejor Espectáculo, y candidato a dos Premios Max 2017, incluyendo Mejor Intérprete Femenina de Danza. En 2018 da otro salto de calidad con Distopía, también estrenada en Bienal y nominada esta vez a tres Premios Max. En 2019 estrena Pies de Barro en la Noche Blanca del Flamenco de Córdoba. En 2020 presenta en la Bienal de Sevilla Paraíso Perdido, espectáculo con el violagambista Fahmi Alqhai, en el que danza sobre repertorio barroco, y Proceso Eterno, un recital flamenco con Dani de Morón, Sergio el Colorao y Agustín Diassera.
Ha actuado en los teatros y festivales más prestigiosos: New York City Center, Teatro Nacional Chaillot de Paris, Teatros del Canal (Madrid), Teatro Central y Teatro Lope de Vega (Sevilla), Piccolo Teatro de Milán, Instituto Bozar de Bruselas, Grand Theatre de Luxemburgo, Casa de la Música de Moscú, etc.
1. ¿Cómo describirías este «Proceso Eterno» y el significado que tiene para ti artística y profesionalmente?
Proceso eterno es un espectáculo que muestra una forma de entender y ver el flamenco, nuestra forma. Es un proyecto de pequeño formato y muy adaptable a cualquier espacio. Un recital de cante, baile, guitarra y percusión que muestra el encuentro entre creadores de una generación. Profesionalmente me ha dado muchas alegrías pues hemos vivido momentos mágicos e inolvidables.
2. ¿Cómo podrías recordar cómo ha ido avanzando tu amor por el baile y la profesión con el paso de los años?
El amor a este arte es como los buenos amores, incondicional. El flamenco es algo que te acompaña de por vida, te llena y transforma en cada momento. A mi me gusta decir que es mi propia terapia, el filtro por el que pasan todos los momentos buenos y malos de tu vida.
3. ¿Habría algo que quisieras cambiar del sector si tuvieses la oportunidad?
Cambiaría en muchos casos el tipo de exposición que hay del flamenco.
Hay muchos clichés aún que pesan sobre nosotros y eso va en contra del nivel y el caché de este arte culto y único.
4. ¿Cómo recuerdas el momento de recibir el Premio Nacional de Danza 2021?
Estaba en Rusia con mi compañía. No había acabado “Distopia” cuando recibí varias llamadas. Estaban preocupados porque no me podían localizar hasta que yendo a cenar me llamó el ministro y no lo podía creer. Me emocioné muchísimo. Lo primero que hice fue llamar a mis padres y compartirlo con ellos. Fue una sensación que no se me olvidará nunca y compartirlo con mi gente, bailando, fue un regalo.
5. ¿Qué recuerdas de tus comienzos y como te ves a ti misma con el paso de los años?
Recuerdo baile, baile y más baile. Llevo desde que tengo razón con unos zapatos puestos. Esta profesión requiere mucho sacrificio y esfuerzo pero es tan bonito lo que te da que merece definitivamente la pena. Cada día siento que me conozco más y que este arte todos los días me sorprende y es infinito.
6. ¿Cómo condensarías las experiencias y recuerdos de «Catedral», «Distopía» y
«Deliranza»?
Lo haría en momentos vividos encima del escenario. Son espectáculos muy diferentes y a la vez tienen muchas cosas común. Muestran a mujeres luchadoras, fuertes, que luchan por su felicidad. He vivido en la piel de cada una de ellas en escena y son recuerdos de sentimientos tan reales como la propia vida.
7. ¿Qué nos puedes contar sobre tus referentes y cuáles se han ido incorporando con el paso de los años?
Mis referentes han sido todos los maestros con los que me he cruzado a lo largo de mi carrera. No solo de baile, sino artistas de diferentes disciplinas a la mía, pensadores y creadores. En cada proyecto aprendes cosas nuevas y me rodeo de gente mejor que yo para seguir cambiando mi propio pensamiento.
8. ¿Qué futuros retos y proyectos te gustaría llevar a cabo en un tiempo?
Ahora mismo viene una etapa nueva llena de proyectos. Como nueva Directora del Ballet Flamenco de Andalucía me siento en la responsabilidad de llevar mis creaciones al ballet y dejar una huella personal y una visión fresca del flamenco actual.
9. ¿Algo más por aportar o añadir a la entrevista?
Estoy encantada de bailar en el mítico Café Berlin. Un lugar con vivencias y arte por sus rincones. Espero que sea una noche llena de disfrute.
Esther Soledad Esteban Castillo
Lunas Pasajeras 