Entrevista a W Caps por “Juego Sucio”

Hoy traigo mi encuentro con W Caps

El proyecto de “Juego Sucio” parte de una base y una producción muy cuidadas, en un tema donde exploran el género urbano aunque, de primeras, no se las asociase a él. No se anclan en un estilo único y precisamente eso les permite jugar y experimentar.

Cuentan que se trata de una historia verídica y que aborda un tabú en las relaciones: el miedo a hablar de que te guste otra persona, la posibilidad de incluir a alguien más o de jugar dentro de la pareja a añadir a una tercera persona a la experiencia. Todo eso querían llevarlo a la canción, sin filtros.

Un videoclip contra el “control parental”

Sobre el videoclip, reconocen entre risas que montar una pieza visual acorde a la letra era casi ir “contra el control parental total”. La idea les exigía ser valientes y cuidarse al mismo tiempo.

Aunque fue complicado, están muy satisfechas con el resultado, con esa mezcla entre la historia sensual de la canción y la parte más reivindicativa del vídeo. Les encanta, además, la parte de playback. Les pareció que quedó incluso mejor de lo que tenían en mente, pese al frío que pasaron durante el rodaje. Contaron con muchas amigas en el vídeo y eso les dio comodidad y complicidad en todo momento.

Si tuviesen que regalar “Juego Sucio” a algún artista para que lo llevase más lejos, lo cederían sin dudar a Rosalía para posicionarlo en Estados Unidos, o a nombres como Annitta o María Becerra.

Estilos, límites y referentes

Ellas mismas reconocen que no son flamencas, raperas ni traperas, pero tampoco se encierran en una sola etiqueta. Les gusta combinar el estilo urbano con el pop y, ahora que cuentan con un equipo detrás, están incorporando más instrumentos a su sonido. Ana, por ejemplo, está empezando con la guitarra y eso abre nuevas posibilidades.

Como oyentes destacan a Guitarrica de la Fuente o a la rapera Babi. Lo que escuchan y lo que hacen no siempre coincide: también consumen temas muy comerciales, pero disfrutan descubriendo música diferente. Aunque no se ven a ellas mismas rapeando, sí les encantaría colaborar con Babi en algún momento.

María Becerra es otra artista argentina que han descubierto en Spotify y que les encanta, según cuenta Ana. Mientras tanto, Carol destaca como último descubrimiento a Travis Birds, que todavía no es tan conocida, pero la tiene fascinada.

Conociendo a Ana y Carolina

A raíz de grabar “Juego Sucio” y el siguiente single, Ana y Carolina han descubierto una nueva faceta: su etapa como productoras. Les gusta mucho imaginar las canciones más allá de la guitarra y la voz, pensar en capas, texturas y arreglos.

Si tuviesen que rescatar un elemento para futuros temas, sería la melancolía y la tristeza que siempre ha formado parte de su esencia más “cortavenas”, donde se sienten especialmente cómodas. Les ilusiona mezclar ese componente emocional con estilos más actuales y urbanos.

En sus conciertos combinan sus temas ya publicados con otros que Ana va componiendo. Después, reciben muchos mensajes en redes sociales de gente que les escribe precisamente por esas canciones que van estrenando en directo.

Canciones para cada estado de ánimo

Si tuviesen que elegir una canción propia para empezar un día más melancólico, se quedarían con “Sociedad Limitada”.

En cambio, si lo que hace falta es energía, la elegida sería “Juego Sucio”, que les conecta con una versión más atrevida, rítmica y luminosa.

Sueños cumplidos y pendientes

Un sueño ya cumplido que destacan en la entrevista es el momento en el que, durante el Orgullo, todo el mundo cantó “Lo siento” de Beret al mismo compás que ellas. Lo recuerdan como algo increíble, de esos instantes que se quedan grabados.

Como sueño pendiente, piden exactamente lo mismo… pero con sus propias canciones: escuchar al público corear sus letras de principio a fin.

Conciertos para recordar

Entre sus actuaciones más especiales se quedan con:

  • El concierto del Orgullo.
  • Un festival en Mogán, en Canarias.
  • El Dulceweekend.
  • Y, como actuación íntima, su concierto en el Contraclub, donde la cercanía con el público marcó la experiencia.

Un concierto perfecto para ellas sería aquel en el que el público viva el show al máximo: que ría, llore, disfrute, grabe vídeos, se emocione y deje la timidez en la puerta. Esa energía se contagia y multiplica todo lo que pasa en el escenario.

Además, sueñan con poder ofrecer un repertorio completamente propio y que la gente ya lo conozca, aunque reconocen que siempre terminarán metiendo alguna cover como homenaje a sus inicios.

Un día perfecto… y una mirada al pasado

Su día perfecto sería madrugar, coger un AVE rumbo a Barcelona, disfrutar de la ciudad y de sus amigos y terminar con un concierto. Un día de adrenalina, movimiento y música: la definición de perfección para ellas.

Si miran atrás y piensan en cuando empezaron, se dirían a sí mismas que tengan paciencia, que confíen, que nunca digan “nunca”, que no se dejen llevar por la mala leche y sepan esperar.

Al terminar la entrevista, dejan una petición para el próximo encuentro: poder mirar hacia atrás, ver cómo ha sido la evolución en ese tiempo, comprobar si han cumplido sueños y cuánto han avanzado.

Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid

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