Un apellido, dos hermanos y una máquina llamada TR_9000
DeVille: “Diversión y poder sobre el escenario”
DeVille es una banda originaria de México formada por los hermanos Kevin y Milenko DeVille y su “músico” inseparable, la máquina TR_9000. Difíciles de encasillar, mezclan funk, rock, hip hop y beats electrónicos con una apuesta clara por la autenticidad y un estilo propio.
Entrevista
1_ Volvamos a los inicios de DeVille. ¿Cómo surge la idea de formar la banda y qué emociones os impulsaron a seguir?
K — En primer lugar, el gusto por la música. Esa curiosidad por iniciar una banda y soñar con grandes escenarios. Con el tiempo entiendes que muchas cosas no son como parecen y que lo único que te mantiene es el amor por la música.
2_ ¿Ventajas y dificultades de trabajar en familia?
M — Para nosotros, ninguna dificultad. Al contrario: le da una fortaleza al proyecto inigualable.
3_ ¿Cómo describís la esencia del grupo y vuestro estilo?
K — Una energía basada en la integridad familiar y en la honestidad con nuestros propios gustos. No intentamos ser algo que no somos.
4_ ¿Últimos descubrimientos musicales que os hayan marcado?
M — Últimamente, fusionar el funk a nuestro estilo.
5_ ¿Lugar idóneo para crear? ¿Algún sitio especial de México que recomendéis?
K — Para componer, nada como la tranquilidad de casa. A veces en el estudio con toda la banda surgen ideas, pero generalmente nos sentamos Milenko y yo solos a componer.
6_ De vuestras canciones, ¿cuál es la más personal y cuál la más enérgica?
M — La más personal es “Totem” y la más enérgica “Master Key”.
7_ ¿Qué se encuentra el público en un concierto vuestro?
K — Diversión y poder.
8_ ¿Cómo es para vosotros el directo perfecto?
M — Divertirnos todos al tocar, generar conexión con el público e interactuar con él.
9_ ¿Algún concierto grabado a fuego, propio o ajeno?
K — Uno que dimos en El Lunario, junto con muchas bandas amigas.
10_ ¿Algo más que queráis añadir?
M — Esperamos que les encante nuestra música y nuestra vibra en el escenario. Estamos muy emocionados por nuestra llegada a su país.
Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid
