Fue el verano pasado cuando la cantante mexicana Zaira Franco visitó Europa por primera vez para presentar su primer disco, Tumbalá (Fonarte Latino, 2015), en el que la muerte mexicana —que es fiesta y alarido— sirve de hilo conductor con versos de Octavio Paz y Jaime Sabines.
Por esas fechas, el cantautor barcelonés Daniel Cros, que trabajaba en la grabación de su nuevo disco No Más Canciones Tristes (Rosazul, 2016) —editado el 26 de enero tras varias giras por Latinoamérica—, supo del trabajo de la mexicana a través de un amigo común y le propuso colaborar en “Jamás Me Curaré”: una canción de amores imposibles con clarísima sonoridad ranchera. Hicieron lo que en México llaman “un palomazo”, un dueto con todas las de la ley, que grabaron a los pocos días en el estudio del catalán.
Al día siguiente, improvisaron un equipo de rodaje y, entre campos de trigo y balas de paja en el Ampurdán, filmaron el videoclip que hoy presentan.
Su historia de encuentros continuó en México, en octubre, cuando —coincidiendo con la última gira de Daniel Cros por Colombia y México— ofrecieron juntos cuatro conciertos en Satélite, Tlalnepantla, Ciudad de México y Metepec (Festival Quimera).
Recientemente, Zaira Franco ha sido invitada a la Feria EXIB Música (Évora, Portugal, 4–7 de mayo). Tras su presentación —acompañada por su banda de México—, compartirá con Daniel Cros una serie de conciertos en formato acústico (voz y guitarra), interpretando temas de ambos discos. Para conocer mejor a Daniel, aquí va esta entrevista en la que él mismo lo cuenta.
Entrevista a Daniel Cros
- ¿Qué te movió en tu interior para dar lugar a este disco que huye de las canciones tristes?
Este disco es fruto del trabajo de composición de los últimos tres años y tiene mucho que ver con las giras que he realizado por Latinoamérica: Colombia, México, Perú y Argentina; con los músicos con los que he colaborado y con las experiencias que he vivido. - ¿Cómo nacieron estos ritmos y esta variedad musical que podemos encontrar en tu disco?
La variedad musical está desde el primer disco y tiene que ver con mi curiosidad por experimentar con diferentes géneros, con un cierto desparpajo musical. - ¿Cómo surgió formar parte del repertorio de Amnistía Internacional?
Conocí al coordinador del proyecto, Rafael Vidal, en una sala del Poble Sec (Barcelona) donde yo cantaba; al acabar el concierto me propuso formar parte del disco. Elegí la canción que da título al álbum porque, simbólicamente, conecta con la reivindicación de los derechos humanos. - ¿Cuál fue la canción que más dolores de cabeza te causó y cuál es tu niña mimada de este disco?
Dolores de cabeza: “No Más Canciones Tristes”, hasta que le encontré el arreglo definitivo; empezó a ritmo de habanera y acabó como bolero. Una niña de mis ojos es “A la Vera del Río Soledad”. - ¿Alguna anécdota inesperada o giro sorprendente en la grabación digno de mención?
La sesión con Alejo (García) en mi estudio, a deshora, muertos de sueño los dos: él con las horas contadas antes de subir al avión de vuelta a Colombia y yo, por pura cabezonería, queriendo terminar las canciones que finalmente grabamos. - ¿Cómo describirías este disco si llegase a tus manos y lo escuchases sin ser tuyo?
¡Interesante ejercicio! Quisiera que fuese un disco que transmita emociones hondas, que te haga sentir y estar en tu piel. - ¿Cómo surgieron las colaboraciones del disco? ¿Se quedó alguna fuera?
Fueron surgiendo a través de los viajes: con Alejo nos conocimos en un concierto suyo en Barcelona; luego nos reencontramos en Medellín y, de vuelta, en España. Con Pablo nos conocimos en Buenos Aires y cantamos en un par de salas; con Sylvia y Zaira, también en Barcelona. Me quedé con ganas de colaborar con otros músicos con los que he tocado en directo, como Omar Camino o Javier Maldonado. - ¿El mayor placer y el mayor desafío en este disco tras siete anteriores?
Desafío: dar con una portada que expresara el título y el contenido del disco —Borja Chacón lo ilustró de manera magnífica—. Y siempre es un reto escribir y arreglar diez canciones nuevas de forma que supongan una renovación respecto al disco anterior. El placer (y la liberación): terminar de escribirlas y grabarlas; se disfruta, pero también se sufre en silencio. - ¿Cuál sería la esencia musical de Daniel Cros a día de hoy?
Quisiera que la esencia fuese la curiosidad, la originalidad, la andadura de seguir investigando el universo musical de uno, con el bagaje de lo que te ha impactado y la música que escuchas dentro de ti. - ¿Tu último descubrimiento musical como oyente y como músico del último año?
Descubrí a Sufjan Stevens, pero me gustaría dedicar más tiempo a escuchar música nueva; siempre acabo volviendo a mis clásicos: Dylan, Cohen, Van Morrison, Paul Simon, los boleros clásicos, la música mexicana… - ¿Futuras fechas o proyectos que puedas contar?
A punto de estrenar el videoclip de “Jamás Me Curaré” y preparando los próximos conciertos: Santander (14 de abril), Gijón (16 de abril) y, con Zaira Franco, El Colmo (Madrid, 28 de abril), Jam Circus (Barcelona, 29 de abril) y La Fada Ignorant (Andorra, 30 de abril).
Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid
