Entrevista a María Aguado por “Mi Rincón”

Entrevista | María Aguado — “Mi Rincón”


María Aguado

María Aguado vuelve con un potente tercer disco en el que promete mostrarnos su rincón más personal, lleno de música y recuerdos. Todo ello queda plasmado en “Mi Rincón”, el trabajo que podremos disfrutar en septiembre.

El primer single de adelanto es “Nuestro Rincón”, y acaba de arrancar la promoción de este tema y de todo lo que vendrá a partir de ahora: emociones y un sinfín de noches junto a su música en la gira que se aproxima. Si quieres descubrirlo por ti mismo, no dejes de leer.

–¿Cómo te sientes tras haber presentado ya al gran público tu single “Nuestro Rincón” y tras haber acabado la grabación del disco?

Si me hubiese quedado un día más en casa, reventaba. Estoy en un momento de felicidad máxima porque llevas un año trabajando en ese proyecto y, por fin, da la cara; por fin empiezas a ver ese color. La gente se entusiasma con ello y tú aumentas tu felicidad por cómo te va transmitiendo su opinión y lo que sienten al escucharlo. Ya tenían muchas ganas.

Tendré que contestar poco a poco por las redes sociales para dar las gracias, y es muy interesante: me encanta la opinión del público, por el que hago canciones, discos y doy conciertos. Siempre estoy pendiente de las redes por eso mismo.

–Me imagino que, junto a toda la ilusión del lanzamiento, también vienen los nervios y la responsabilidad…

Lo hecho, hecho está, y estoy contenta, tranquila y en calma porque sé cómo lo hemos trabajado y el tiempo puesto en este proyecto. No tengo dudas.

–¿Y cómo recuerdas el proceso de tu tercer hijo?

El proceso ha sido intenso y muy bonito. Estuvimos componiendo cerca de dos/tres meses y nos lo tomamos con calma porque quería que fuese el disco más personal y más pausado, aunque a última hora nos acabe pillando el toro; si no, una no se siente igual. Nos fuimos a México y grabamos con los hermanos Barrera entre Los Ángeles y Ciudad de México, y luego aquí, en España, con Borja Buenafuente, que es mi guitarrista y lo adoro. Tuvimos un trabajo de producción de muchas horas, pero muy bonito. Al final, si nos gustaba una canción ya con los instrumentos, coros, voz, masterizada… aquello crecía por momentos. Era impresionante ver cómo una canción que te gustaba te ponía los pelos de punta y te hacía llorar al recordar los primeros momentos al crearla: la letra, la melodía… y ya verla terminada. Da un poco de pena ese proceso de ver que ha acabado.

Cuando mis amigas me dicen que tienen un bebé en la barriga, les pregunto si no tienen intriga por conocerlo; yo estaba igual. Realmente es como un parto —aunque no sé si duele tanto—, pero tardas en darle la forma exacta y “correcta”, aunque nunca se sabe qué es lo correcto o no: intentas acercarte. Ha sido un proceso precioso que he visto desde primera línea porque es la primera vez que estoy desde la composición a la masterización. Lo he vivido entero porque Pablo Domínguez me dejó estar en cada momento y siempre se lo agradeceré. Siempre lo he querido y no había podido. En cada uno de los diez temas está el alma del equipo.


María Aguado - Nuestro Rincón

–Ahora, tras haber trabajado de una forma tan estupenda y haber dejado el nivel tan alto, tendrá que ser difícil pensar cómo igualarlo con el siguiente trabajo o superarlo…

Para el siguiente creo que tardaremos un rato, porque podríamos volvernos locos… aunque ya le estaba diciendo a Pablo de componer para el siguiente (risas). Tenemos el listón muy alto y lo hemos dejado así, pero espero seguir trabajando con el mismo equipo. Ha sido como estar en casa en cada momento, y si el disco se llama “Mi Rincón” es por eso: yo componía en mi casa, en mi cama, con mi guitarra, y cada sitio donde he compartido con Pablo, cada estudio y cada segundo de cada canción es como llevarlo a esa parte tan íntima de mí. Por eso le di ese título tan personal. Es una composición de Pablo y mía y no había nada más personal que esos momentos. Lo plasmamos en esa canción y tiene muy buen rollo.

–¿Y cuál es tu rincón más personal en tu vida?

Mi rincón de siempre, desde que era pequeña, y que asocio a familia y momentos muy bonitos, es el sofá de casa de mis abuelos, sentada en las piernas de mi abuelo, porque era donde yo cantaba. Es el primer rincón que se me viene a la cabeza. Luego, de vacaciones, te podría decir que donde haya mar, playa y arena ya soy feliz. Ese rincón lo echo mucho de menos y, como lo tengo presente, nunca decae ni se olvida: puedo ir a recordarlo y vivirlo como si fuese ahora mismo.

–Imagino que, al haber comenzado tan joven, también habrás hecho muchos sacrificios en tu vida…

El momento más gracioso era cuando empecé a tomar clases de canto con catorce y quince años. Soy de Talavera de la Reina y, cuando salía del instituto, me recogía mi madre, me metía en el coche, comía en el coche y venía a Madrid a dar cuatro o cinco horas de clases porque estaba haciendo un máster de canto. Teníamos técnica vocal, composición, armonía y hasta clases de posado para fotos. Yo, que ya soy cómica de por sí, imagínate con esas clases… Me volvía loca, pero lo disfrutaba mucho, aunque era un momento de mucho estrés porque tenía que hacer los deberes y estudiar de camino. Fue una etapa dura, pero me ha traído hasta aquí y no me arrepiento de nada. Creo que no me arrepiento de ninguna etapa de mi camino, y si hoy somos lo que somos es por algo. Eso lo tengo muy presente.

–Es mejor arrepentirse de lo que no has hecho que de lo que sí…

Sí. Realmente, cuando llega el invierno te arrepientes de no haber ido a la playa, y cuando llega el verano, de no haber ido a la nieve (risas). Creo que la vida te pone en las situaciones que te tiene que poner. Yo empecé a cantar con mi abuelo en su casa y, cuando falleció, empecé a dar las clases de canto. Lo tomaba como un hobby y nunca pensaba que sacaría un disco. Luego, con dieciséis años, empecé a componer mis canciones después de esos másteres de canto y hoy ya vamos a por el tercer disco, fíjate. Llevas muchos años en la música, pero cada año es algo nuevo y otra etapa diferente. Lo sientes y vives de manera distinta. Hay canciones que están en mi primer y segundo disco que llevo cantando desde que tenía tres añitos y me alucinan. También hay algunas que compuse con dieciséis y que hoy aún me siguen gustando y pienso igual, aunque quizás les daría algún arreglo para el directo. Siguen estando conmigo. Y luego las de “Mi Rincón” son más cercanas al tiempo actual, pero seguiré sintiéndolas, porque nunca dejas de volar al tiempo en que las compusiste. La música es así.

–¿Y han ido cambiando tus influencias a lo largo de los años?

Desde bien pequeña llevo escuchando a Mecano, Luz Casal, Miguel Bosé… Luego, más mayor, a Malú o Alejandro Sanz. A día de hoy mi lista es más variable, pero siguen estando esas raíces. Se van añadiendo artistas, pero los de siempre son los de siempre, y ahí están.

–¿Y cuál ha sido tu último descubrimiento musical?

Descubrí a Lily Allen hace cuatro años y, a día de hoy, todos sus trabajos me siguen encantando. Alguien a quien escucho de nuevas es a Sia; aunque lleva muchos años, no la oía antes.

–Han sido tres discos y cada uno de ellos una etapa. ¿Cuál ha sido el mayor placer y el mayor desafío de esta etapa?

El placer es lo que llevamos hablando toda la entrevista: poder vivir cada segundo de esta etapa. Aún me queda presentarlo en directo y dar todo de mí, y es algo que quiero y deseo con todas mis ganas: subirme a un escenario con mi banda y volverme loca con el público, y el público conmigo. Es la mayor sensación de todo artista.

–¿Qué conciertos de tu carrera recuerdas como memorables y qué lugares te quedan pendientes?

La presentación de mi segundo disco fue muy bonita. El 31 de enero de 2012 (era martes) lanzaba el disco y, el jueves 2 de febrero, estábamos dando el concierto en el Arteria Coliseum. A ese teatro he ido a ver musicales y conciertos desde bien pequeña y, de repente, estaba yo dando el espectáculo. Se llenó y, además, a dos días de haber estrenado el disco la gente ya se sabía las canciones.

Otro concierto fue en el Hospital Nacional de Parapléjicos en Toledo y fue muy emocionante: terminaron todos bailando con las camillas y las sillas de ruedas. Se creó un ambiente muy bonito y nunca lo olvidaré.

Otro que no se me va a olvidar, por la cantidad de gente que había, fue en la plaza del Zócalo en México D. F., delante de 50.000 personas. Fue el primero que daba allí y con ese nivel. Me emocioné mucho. No estaba nerviosa, pero me impresionó que toda esa gente estuviese pendiente de mí.

Como países pendientes, todos los que queden; y, como ciudades, donde nos quieran. Estoy dispuesta a no descansar ni un día y a no dejar ni un sitio por visitar.

–¿Y cómo es para ti el concierto perfecto?

Sabiendo cómo soy —bastante perfeccionista—, siempre hay cosas por mejorar: desde cómo se enciende un foco y tú levantas el brazo, hasta una foto con más papada de la normal (risas). Siempre hay algo por destacar, arreglar o mejorar. Cada concierto es distinto y tiene su magia, su momento. Siempre es bueno criticarse a uno mismo hasta un punto: mejorar siempre es bueno. Lo siento si soy una jefa capulla: te aguantas, pero hay que seguir creciendo.

–¿A qué película te hubiese gustado ponerle banda sonora que te haya marcado?

Me quedo con “Descubriendo Nunca Jamás”, la historia de cómo se creó Peter Pan. Es la película que más veces he visto y de la que no me voy a cansar nunca. Creo que nunca se debería dejar de ser niño: esa inocencia los adultos la pierden. Hay que ver las cosas —siempre con los pies en la tierra, por supuesto— no muy alto para seguir cogiendo impulso cuando te puedas caer. Es la película de mi vida y me resume en muchos momentos. Vas creciendo y la vida no tiene que dejar de ser un juego divertido: no jugar con las personas, pero sí hacer que las cosas negativas o malas te hagan superarte a ti mismo, y luego mirar atrás y ver que todo eso te ha hecho madurar.

–¿Y qué canciones le han puesto banda sonora a tu propia vida?

Me quedo con “Amiga”, de Miguel Bosé. Es una gran canción que no descubrí en su momento, pero me lleva a esa pérdida de la gente que quieres y que sigue ahí. Qué mejor manera de llamar a una persona querida “amigo”, aunque sea un familiar.

–¿Y cómo sería el día perfecto de María Aguado?

Hoy, porque estoy feliz por el lanzamiento de “Nuestro Rincón” y estoy a gusto, trabajando y viviendo por este sueño por el que lucho.

–¿Y qué tres imprescindibles no pueden faltar en tu día a día?

Café —aunque ya soy bastante nerviosa—, el teléfono y gente con la que compartir risas. Por mucho que quieras estar al cien por cien en tu trabajo y por mucho que disfrutes, si no tienes un clima bueno…

–Y para cuando nos volvamos a ver en una futura entrevista… ¿qué te gustaría que hubiese pasado hasta entonces?

Espero que “Nuestro Rincón” haya llegado a muchos sitios a los que aún no ha llegado mi música. Y espero que el lanzamiento del disco en septiembre sea tan bueno y positivo como los anteriores. No hace falta que sean mil ni diez: que sean los buenos.

Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid

Deja un comentario