ENTREVISTA A FRAN DE The Noises
“Nos gusta cuidar a la gente; vivimos de la ilusión —la nuestra y la de ellos—, nos hace grandes.”
Hace unos días me reuní con Fran, vocalista de The Noises, uno de los grupos revelación de la temporada. Presentan su nuevo disco, Pacífico, perfecto para empezar el día con optimismo y buen rollo: mantiene la esencia de Bellavista y Rapto, pero os sorprenderá por su evolución. Fran compartió ilusiones, sueños y, con su carisma habitual, el camino que ha seguido la banda hasta hoy y sus perspectivas de futuro. Un encuentro en el Paca Café Bar de Madrid para recordar en Lunas Pasajeras.
—Volviendo a vuestros inicios… ¿Cómo nació The Noises?
Éramos muy jovencitos. Nos gustaba toda la música, pero no tocábamos nada ni teníamos ni idea; lo que sí teníamos era una energía enorme que nos impulsaba. Nos compramos instrumentos y nos pusimos a ello, a lo loco. Incluso pensé en ser crítico musical: me gustaba mucho la música y no sabía cómo expresarlo.
Con el tiempo tuve más herramientas: aprendí a tocar mejor la guitarra, a cantar “medio bien”, a hacer melodías… Al principio es un bochorno total —de ahí el nombre del grupo, The Noieses, porque solo hacíamos ruido y encima queríamos cantar en inglés—.
Después te vas profesionalizando: conoces a gente que toca mejor que tú, ves tus carencias, te apuntas a clases, mejoras, empiezas a dar bolos… Como todos los comienzos. Rodearte de quien te enseña te hace avanzar. Éramos gente muy ilusionada —y seguimos siéndolo—, tirando hacia delante y haciendo crecer esa ilusión.
—Y ahora ha llegado el esperado “Pacífico”…
Teníamos muchas ganas de sacarlo y tocarlo. Es un disco de canciones pop muy divertidas. Queríamos ver cómo funcionaba en directo y cuál era la valoración de la gente. Estamos muy contentos. Ahora tenemos por delante un verano con ocho o diez festivales y vamos a tope.
—Da vértigo pensar en no descansar ni un segundo…
No vamos a descansar, pero es lo que queremos. Si no tuviésemos festivales nos estaríamos quejando. Es lo que siempre hemos querido y si ahora nos quejamos es para darnos una torta.
—¿Qué tal la experiencia en Neox Rocks?
Muy bien. Estuvimos con primeras espadas como The Offspring, haciéndonos fotos ilusionados como niños. Coincidimos con nuestros amigos de Izal —compartimos agencia y nos llevamos muy bien—; hemos colaborado un par de veces. Acabamos en su camerino… y, si les faltó alguna cerveza, los The Noises no fuimos (risas).
Fue el pistoletazo de salida. Este fin de semana tenemos otro en Gredos. Al final, de esto vivimos los grupos como nosotros: aprendes viendo a otras bandas. Izal son súper sólidos, y con Offspring alucinas, aunque no sea tu rollo. La colaboración con Alberto salió porque ya nos conocíamos de festivales. Para los músicos, los festivales son casi eventos sociales; la tournée española parece un circo ambulante.
—¿Tu canción más personal y la que más energía te aporta de “Pacífico”?
La más personal es “Sideral”, por la letra, y también “Despierta”. La que más energía me da: “Pacífico” o “Caza”; la primera es más bailable y la segunda más cañera.
—En los conciertos, ¿habrá también canciones de otros discos?
Sí. En repertorios de festival —35/40 minutos— quizá metemos una o dos. En la gira caerán más. Que nadie se pierda los dos sets: los que vengan a festivales lo van a gozar.
—¿Mayor desafío y mayor placer al grabar el disco?
El desafío fue la desnudez con la que afrontamos el proyecto. Sabíamos que tocaba grabar sí o sí: hay tiempos en la música que respetar; no puedes estar con el mismo disco toda la vida. Hubo momentos en que estábamos solo Pablo, Xuso y yo, y tuvimos que replantear la manera de componer y grabar. Luego Álex se unió y se abrió otro espectro: toca muy bien y nos pilla a la primera.
Daba miedo no saber expresar todo lo que llevábamos dentro por esa situación caótica, pero eso mismo nos liberó de complejos: fuera miedos y filtros, empezar de nuevo, usar herramientas nuevas, avanzar cada uno en casa y no eternizarnos en el local.
—Habéis unido lo más personal de cada uno.
Sí: ha sido una mezcla de experiencias, miedos e inseguridades. El resultado es libre, abierto y feliz. No grabamos con la fecha al cuello; sabíamos que había que hacerlo, pero sin ultimátums.
—De esa relajación suelen salir discos muy buenos.
Estábamos concentradísimos: viviendo juntos en una casa, casi 24 horas pensando en el proyecto.
—Y agotador…
Agotador “a posteriori”. Mientras lo vives con tus amigos, confiando y poniendo el corazón, solo quieres seguir. El cansancio llega luego.
—¿Fue difícil la selección final de los once temas? ¿Quedaron muchos fuera?
Quedaron algunos, pero estamos muy contentos con la selección. Desde la preproducción lo teníamos claro. Dudamos con dos; el resto se colocó rápido. “Sideral” la terminamos en el estudio, igual que “Despierta” y “Outro”, más experimentales.
—Quizá en conciertos o como regalo especial…
Hay temas en la edición especial de iTunes: inéditas y versiones alternativas de tres canciones. Nos gusta cuidar a la gente: vivimos de la ilusión —la nuestra y la de ellos—, y eso nos hace grandes.
—¿Qué tal os lleváis con las redes sociales?
Son la herramienta. Antes todo era prensa, radio, cartelería… Hoy, redes. Estamos contentos y lo llevamos al día.
—¿Un escenario pendiente?
Me gustaría Razzmatazz llena. Tocamos allí con Crystal Fighters. En Madrid: La Riviera.
—Un recuerdo para guardar.
En el estudio de Gandía hubo momentos muy especiales: escuchar lo que hacíamos, ver crecer el disco… Éramos un grupo muy homogéneo de amigos. Emocionaba.
—La amistad también crece.
Sí. Estamos muy unidos, aunque a veces haya que “desunirse” un poco. Esto te acerca al lado más emocional de la gente.
—¿Qué canción sería la banda sonora de tu vida?
“Simple Song”, de The Shins. Positividad y energía. La quemé cuando salió… y en las recaídas me gusta aún más.
—Enhorabuena por la colaboración con Alberto (Miss Caffeina) en “En sus tumbas”.
Nos hizo mucha ilusión. Le dimos el disco para que eligiera con el corazón. Escogió esa —no la pensábamos como single— y grabamos con el coro de los niños. Que a alguien como Alberto le encante… Él la hizo suya con su brillo y magia. Al final tiene muchísimas reproducciones.
—Referentes personales.
Escucho de todo. Prefiero que quien oiga Pacífico juegue a adivinar y me lo pregunte en redes —contesto seguro—. Si hay corazón y buen gusto, me da igual: súper folk o súper electrónico.
—¿Deseos para este año?
Que Pacífico siga funcionando como hasta ahora; que la gira sea larga y la gente se lo pase bien con nosotros.
—Para terminar: ¿qué ha significado “Pacífico” para ti?
Felicidad y un estado casi “gravitatorio”: estar a gusto y aprender a disfrutar. Soy nervioso y tiendo a no disfrutar. Este disco me ha dado ese punto de relajación. No es “pacífico” como relax sonoro, pero te deja ese regusto tras la energía… y tras tocarlo.
VIDEOCLIP DE EN SUS TUMBAS
Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid
