ENTREVISTA CON RAÚL GÓMEZ

Raúl Gómez se reunió conmigo para hablar sobre “1”, su nuevo trabajo tras salir de El Número Uno como ganador y cargado de ilusión y felicidad; unos sentimientos que me transmitió con energía una mañana en Madrid. Conversamos sobre cómo vivió este proceso, su trayectoria musical y lo que supone una vida dedicada plenamente a la música.

Una carrera con luz verde que, seguramente, llegará muy lejos gracias a sus dotes como músico, vocalista y compositor. En esta entrevista para Lunas Pasajeras podréis acercaros más a este número 1 de la cabeza a los pies.

–¿Cómo recuerdas tus comienzos en el mundo musical?
Empecé desde pequeño. Profesionalmente me apunté al conservatorio con siete u ocho años e hice once años de carrera. Mis padres me han inculcado mucho la música desde pequeño. He hecho muchas cosas: estuve en un coro; a los dieciséis me fui con el violín a Estados Unidos y estuve con varios músicos del soul y el folk; todo eso me abrió mucho la mente. Hasta hoy he estado dedicado a la música: yo me dormía cantando, no llorando (risas).

–Vamos, que además de ser un trabajo es un gran placer para ti…
Sí. También es muy bueno vivir de algo que te gusta, algo que hoy en día es muy complicado. Yo acabo de empezar profesionalmente; he empezado bastante bien para no ser muy conocido, ya que he entrado en la lista de los cincuenta discos más vendidos. A día de hoy sigo componiendo y, si Dios quiere, habrá segundo CD.

–Has estado en lugares fantásticos como Portugal o Estados Unidos… y ahora llega el gran despegue.
Empezar con una compañía grande como Sony Music no te pasa todos los días y estoy aprovechando esta etapa. Me han dicho que me ponga a componer y en eso estoy.

–Además cuentas con la ventaja de ser un artista muy completo que toca, compone y canta.
El conservatorio me ha ayudado mucho a poder hacer lo que estoy haciendo ahora: escuchar una canción y saber qué acordes son, componer yo mismo… El violín me ha ayudado mucho a la hora de componer; también el piano. Tengo herramientas, pero quiero tener más: empezar clases de guitarra y de algún instrumento de viento… inquietudes de músico (risas). Quiero seguir sorprendiendo, aprender cosas nuevas y no parar. Quiero mejorar como músico.

–Además, por el momento, ya tocas instrumentos de los más complicados…
El violín es muy difícil porque no tiene trastes. También toco mucho de oído y, en lo práctico, siempre he tenido muy buenas notas en el Conservatorio; en lo teórico, no tanto (risas). Soy músico, pero en mi casa me ponía cualquier canción de cualquier estilo y la sacaba con el violín, y luego improvisaba encima. Con dieciséis años toqué en un concierto apenas sin ensayar con un hombre que es telonero de Bob Dylan y delante de mil personas. Pasas nervios, pero disfrutas; te da tablas. Siempre he tenido facilidad para la improvisación y en el Conservatorio tanta técnica me frenaba. Con el programa vi la oportunidad de llegar a una compañía, que es lo que quería. Me presenté a un casting, pasé uno, pasé otro… y al final gané. Después entré en Sony. Ahora aprovecho cada momento; ¿quién me diría el año pasado que estaría aquí haciendo esta entrevista?

–Y ahora cumpliendo un sueño…
Y de disfrute. En el programa yo estaba como en mi casa, muy a gusto. Si no fuera concursante, trabajaría allí. Hice muchas amistades con el equipo de Gestmusic. Eso es lo que intento al dar un concierto. En promos, todo es acústico y me acompaño de violín o de guitarra y voz. En Barcelona toqué con los músicos del CD; en Buenafuente, con el violín. Quiero que la gente se sienta a gusto y desconecte: es lo que la música hace conmigo y lo que quiero transmitir. No quiero enfocarme solo a un público: que venga alguien de catorce, el padre, el abuelo…

–Y ahora presentas doce canciones muy personales y distintas.
Escucho mucha música de fuera y se me nota, pero aún así quiero aportar más. Aquí solo he tenido dos composiciones y he tocado y cambiado lo que he podido; en mi segundo CD quiero que se vea más de mí. Fusión de vivir en Sevilla y escuchar EE. UU./UK. Estoy empezando desde cero: una cosa es el programa y otra yo como músico. Vamos construyendo una casa desde abajo. Quiero verme con sesenta y seguir en la música.

–“Under Your Skin” es un single fantástico y muy potente.
Estábamos entre dos, y el segundo será “In Another Life”. Son singles con fuerza y temas personales: mira bajo tu piel y cambia para avanzar. En el vídeo se ve a una pareja que quema fotos, que cambia… La letra habla de mirarse a sí mismo. Si no crees tú, ¿quién va a creer?

–¿La más enérgica y la más personal?
Más energía: “In Another Life”. Más personal: “Never Let Me Go”, mi primera composición en inglés: una oración a la música para que nunca me deje. Aunque no sea single, la gente conecta mucho.

–¿Mayor desafío y mayor placer del disco?
Desafío: decidir bien siendo tan joven. Placer: los conciertos. El escenario es mi habitación. Ser telonero de James Arthur en Madrid y Barcelona fue un subidón.

–Tu etapa en EE. UU. te influyó.
Mi primera composición la hice allí; un vídeo casero que pasó de 3.000 a 50.000 visitas. Siempre he tenido el apoyo de mi familia y amigos.

–Conciertos (FNAC, Búho Real)…
Muy positivo. En Valencia pensé que estaría solo y se llenó. En Málaga empezamos con 20 y acabó lleno. En el Búho Real te sientes en casa: se llenó, vino hasta gente de Alemania.

–¿Colaboración soñada?
Coldplay, Jamie Cullum, Bon Iver.

–¿Referentes nacionales?
Vetusta Morla, Russian Red, Love of Lesbian. Y el respeto por el trabajo de Pastora Soler.

–¿Cómo describirías “1” al oyente?
Pop de aire británico con un punto diferente: una pequeña llama que crecerá. Dos composiciones mías y otras externas. Mucha fuerza y ganas. Sueno anglosajón, pero sin olvidar mis raíces.

–¿Alguna anécdota de la grabación?
En seis días grabé unos quince temas. Adaptar letras del inglés al español nos dio algún quebradero de cabeza (hasta pedimos ayuda a mi tía), pero salió genial. Y hice grandes amistades en el estudio.

Recomendaciones
Libro: El Secreto.
Película: El Padrino.
Disco: X&Y, de Coldplay.

Entrevista realizada por Esther Soledad Esteban Castillo. Madrid.