RESEÑA: EL CALOR DE LA NOCHE

Ficha técnica

Fecha de publicación: 26/11/2013
286 páginas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-670-4014-2
ISBN2: 9788467040142
Código: 10037101
Formato: 15 x 23 cm.
Presentación: Rústica con solapas
Colección: ESPASA NARRATIVA
Traductor: María Jesús Asensio Tudela

Sinopsis

Los chicos malos son su debilidad y nadie es tan
malvado como Bruce Connor, embarcado en una
peligrosa misión en el reino de los mortales. Stacey
Daniels apenas puede creer que el guerrero herido de
sus sueños es de otro mundo. ¿Se rendirá Stacey a
sus sueños eróticos, a su placer decadente, a su
pasión sin límites? ¿Caerá Bruce en los brazos de su
embriagadora hechicera?

Reseña:

Sylvia Day se propone con esta nueva lectura que en
nuestras noches más frías y solitarias pensemos y
deseemos tener a un guardían de los sueños que nos
traiga ese calor de la noche que nos falta.

A los amantes de lo romántico, de lo sensual y
también sexual, de lo fantástico y de la buena
lectura, devoraréis este libro de principio a fin
sin dejarlo ni un segundo.

Como continuación de «Los placeres de la noche»,
podremos seguir conociendo mejor este mundo que ha
creado Day. Stacey Daniels es un personaje que
congenia con todo tipo de público, es amiga de Lyssa
Bates y trabaja con ella en la clínica veterinaria
además de tener un hijo de catorce años llamado
Justin que es el centro de su vida y un ex-novio que
para variar no le pone nada fáciles las cosas
llamado Tommy.

Como muchas de nosotras, Daniels se siente atraída
por relaciones tóxicas que no le traen más que malos
ratos y dolores de cabeza ya que siempre se ve
atraída por chicos guerreros y perdedores que minan
su existencia vital.

Para salvar su día a día, aparece un amigo de Aidan
Cross llamado Bruce Connor que vive al límite, lucha
contra el grupo de los Ancianos e intenta evitar el
mal de los mortales. No es muy afin a Stacey pero la
atracción sexual que hay entre ellos les une
rompiendo todos sus esquemas y regalándonos una gran
historia.

Os recomiendo sin duda este libro, ya que además es
sutil y no roza lo vulgar en sus escenas más sensuales.

Esther Esteban, Madrid