
Después de 30 años ininterrumpidos de éxito La Mujer de Negro se ha convertido en la obra de teatro no musical más longeva , después de La Ratonera de Agatha Christie, en el West End londinense.
Con más de 10 millones de espectadores y producida en 40 países “La mujer de negro” cuenta la historia de Arthur Kipps, un abogado de mediana edad que alquila un teatro y contrata a un actor profesional para que le ayude a contar un suceso fantasmagórico y trágico que le sucedió a él y a su propia familia y que nunca ha podido revelar a nadie.
Con la ayuda del actor, de los decorados abandonados del teatro y de la imaginación -que es infinita y muy poderosa- van interpretando la historia de Kipps hasta tal punto que lo fantasmagórico de la historia se hace real y los espectadores vivirán una de las experiencias más terroríficas de toda su vida en un teatro.

La obra está basada en la novela homónima de Susan Hill y fue adaptada por Stephen Mallatratt para la escena en 1987.
Como novedad hemos querido potenciar la parte conceptual de la función con la escenografía y el vestuario. Y dotarlo de nuevos y mágicos efectos que potencien el mundo del más allá, con el ilusionismo, la música y las proyecciones, para que los espectadores vivan una experiencia inmersiva de terror. Un género fascinante y atrayente para el gran público, tanto en la literatura y la pequeña o gran pantalla, pero que pocas veces se ha llevado al teatro. Además, el texto conecta con la esencia más animal del ser humano, por tanto es inevitable identificarse y por eso mismo es una experiencia única.
Preparen sus cinco sentidos y estén alerta porque van a sentir EL MIEDO…
Crítica
En ocasiones, el miedo es algo innegable y puede manifestarse y sentirse de formas muy diferentes. Las sensaciones que nos despierta pueden ser muy variadas: emoción, excitación, terror, angustia, ansiedad… pero en ocasiones, se vuelve interesante y hasta adictivo.
De forma inesperada, original y muy efectiva el terror cobra vida de una manera clásica y elegante en las tablas del teatro Alcázar de Madrid con La Mujer de Negro. Tras un gran éxito en todas las ciudades que visita, regresa a Madrid una temporada más para triunfar entre los espectadores.

El teatro suele ser un lugar de luz, de comunión, casi sagrado, especial y que se siente como un hogar. Pero, en ocasiones, también puede esconder luces y sombras, transformarse en una pesadilla y perseguir al espectador sin que este se quiera ir.
Una puesta en escena sobria, aparentemente sencilla pero que dará mucho juego y donde la imaginación del espectador de la mano de una narración tremendamente efectiva, nos hace viajar y llevarnos a otro tiempo de la mano de esta obra basada en la exitosa novela de Susan Hill.
El abogado Arthur Kipps se enfrenta a sus demonios y los quiere exorcizar en las tablas de un escenario, intentando liberarse mentalmente de una experiencia vivida en una antigua mansión.

El dolor y el pasado pueden marcar a una persona y en esta ocasión se manifiestan en los personajes y en el espectador. El trabajo escénico de Jordi Ballester y de Diego Braguinsky es sorprendente y consiguen atrapar y emocionar al espectador con una historia que no es nada sencilla de transmitir.
No tengáis reticencias ante una historia de terror teatral, ya que gracias a un buen relato, una buena ambientación —que esconde más de una sorpresa y efectos inesperados e impactantes—, el ilusionismo de Nacho Diago y el espacio sonoro de Víctor Lucas nos sumergen en una tensión muy vívida. Sin duda, todo respaldado por el buen trabajo de Rebeca Valls bajo la dirección de la obra.
Si sois amantes del terror, del teatro o de las buenas historias y sobre todo, diferentes, esta es vuestra opción. ¿Os atreveréis a mirar de frente a la mujer de negro?
Esther Soledad Esteban Castillo
