Crítica de “La Reina de la Belleza” en el Teatro Reina Victoria

FICHA TÉCNICA

Título original: La reina de la belleza de Leenane

Autor: Martin McDonagh

Adaptación: Bernardo Sánchez

Dirección: Juan Echanove

Ayudante de dirección: Marco Magoa

Producción: Okapi Producciones

Intérpretes: María Galiana (Mag Folan) Lucía Quintana (Maureen) Javier Mora (Pato) Alberto Fraga (Ray)

Escenografía y vestuario: Ana Garay (con Isi Ponce)

Iluminación: David Picazo

Composición musical: Orestes Gas

Maquillaje y peluquería: Chema Noci

Lugar y fechas: Teatro Reina Victoria, del 7 de mayo al 29 de junio de 2025

Duración: 90–95 minutos

Género: Drama familiar

Crítica

La oscuridad se puede sentir de diversas formas y en muchos lugares, incluso a veces en nuestra propia casa o por parte de personas queridas o incluso de nuestra familia.

En un lejano lugar recóndito de Irlanda, a parte de la lluvia, la tristeza y la oscuridad también se siente la soledad, la locura batallando con la cordura, el silencio, los amores a medias, las cartas sin destino o las despedidas a contratiempo.

En el teatro Reina Victoria sin embargo se llenó de vida el escenario con una obra de Martin Mcdonagh dirigida por Juan Echanove con Marco Magoa como ayudante de dirección y adaptada por Bernardo Sánchez que nos trae teatro de verdad, de ese que duele y que retrata de forma afilada las relaciones familiares más complejas y los límites del ser humano, que a veces se confunden y cuesta ponerles un tope. 

Orestes Gas se ocupa de la composición musical, David Picazo de la iluminación y en cuanto a escenografía y vestuario tenemos a Ana Garay y a Isi Ponce como ayudante, y a Chena Noc en maquillaje y peluquería.

María Galiana y Lucía Quintana se enfrentan en escena de una manera brillante, emocionando al espectador desde la risa y también desde el asombro o el juicio, ya que nos convertimos en testigos de todo lo que ocurrirá en la obra y que no deja indiferentes.

Un escenario que nos recrea un hogar que no llega a ser cálido ni acogedor, sino que ahoga y enjaula, quitando la libertad pero a la vez dando rienda a mucho más de lo esperado, con un amor que se puede ver de muchas maneras y que puede ser tan letal como pasional.

Muy bien acompañadas por Javier Mora y Alberto Fraga, nos cuentan la historia con muy buena química, mucha tensión logrando conectar con todo el público con fuerza y energía, sin dejar descanso ni para recobrar el aliento.

Esther Soledad Esteban Castillo

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