
Yamato – Hito no Chikara (El poder de la fuerza humana)
Teatro EDP Gran Vía, Madrid, 2025
• Fechas: 18 – 28 de junio de 2025
• Horarios:
• Martes a jueves → 20:00
• Viernes → 19:00
• Sábado y domingo → 17:00
• Duración: Aproximadamente 120 minutos (con intermedio)
• Edad recomendada: Todos los públicos
• Compañía: Yamato – The Drummers of Japan (grupo de tambores taiko)
• Obra / Programa: Hito no Chikara (“人の力” – El poder de la fuerza humana)
• Número de artistas en escena: 40 intérpretes
• Tambores destacados: Incluido el “Odaiko”, de unos 500 kg, tallado de un árbol de más de 400 años
• Trayectoria del grupo: Activos desde 1993, con más de 4.000 actuaciones en 54 países
• Lugar: Teatro EDP Gran Vía (Calle Gran Vía, 66, Madrid)
• Género: Percusión teatral / Teatro físico / Música-concert

Crítica
Yamato llegan al teatro EDP de la Gran Vía por todo lo grande y de la forma más sonora posible: con mucho humor, a golpe de tambor y con una alegría y una energía que contagia.
Cuarenta artistas en el escenario frente a tambores de todo tipo y tamaños —llegando algunos a superar los 500kg, como el tambor Odaiko que tiene más de 400 años y supera esos pocos kilos de los que hablábamos— y una trayectoria a sus espaldas que les ha llevado por más de 54 países nada más y nada menos.
Aunque no te atraiga el concepto o el espectáculo, una vez entras en su mundo y ves todo el esfuerzo y el cariño que le ponen a lo que hacen, demostrando que el ritmo y la música pueden ser la mejor forma de conectarse y establecer lazos con el público, podrás dejarte embaucar por estos japoneses.
Yamato nos remonta a Nara, en Japón, al año 1993. Está fusión de teatro, música acústica y el uso del cuerpo en todas sus formas se representa en la Gran Vía de Madrid, que se ilumina aún más con la magia y la fuerza que se respira en este templo ancestral en el que se convierte el teatro, consiguiendo emocionar y hacer partícipes a público de todo tipo y de todas las edades.

Un espectáculo diferente que nos invita a un show donde pasaremos desde el humor a parecer que estamos viendo una danza o una guerra, o más bien un rito, todo ello con la máxima emoción de sus intérpretes.
A pesar de durar casi dos horas con intermedio incluido, no se hace monótono o repetitivo, consiguen entre ellos atrapar y enganchar al espectador y que siga todavía sorprendiéndose ante los nuevos ritmos y ocurrencias o ante el próximo tambor que entrará en escena.
No es un concierto, tampoco es una obra de teatro, es simplemente magia y energía que llega al espíritu y toca el corazón. Un abrazo a la cultura nipona, otra de las maravillas que nos trae este país y que nos invita a querer seguir investigando.
Esther Soledad Esteban Castillo

