
Sinopsis
Durante más de un siglo, los gobiernos han aplicado políticas de austeridad —recortes de salarios, gasto público y prestaciones sociales— como si fueran soluciones técnicas para equilibrar las finanzas públicas. Sin embargo, estas medidas han causado estragos en el bienestar de la ciudadanía, y hoy en día siguen siendo la opción predilecta para muchos Estados en crisis.
Clara E. Mattei revela que la austeridad no nació para sanear economías, sino para proteger los intereses del capital y frenar el poder de las clases trabajadoras. Su investigación rastrea los orígenes de estas políticas en la Gran Bretaña y la Italia de entreguerras, donde se impusieron medidas draconianas que beneficiaron a propietarios y elites, limitando los derechos laborales y prepararon el camino para regímenes autoritarios.
Basándose en archivos inéditos y documentación recién publicada, Mattei ofrece un relato demoledor: la austeridad funcionó, no ahora, sino como un escudo ideológico para el capitalismo, al proteger privilegios y aplastar cualquier alternativa social.
Ficha técnica
• Título: El orden del capital: Cómo los economistas inventaron la austeridad y allanaron el camino al fascismo
• Autora: Clara E. Mattei
• Editorial: Capitán Swing
• ISBN: 978‑84‑129532‑5‑1
• Fecha de publicación: 10 de marzo de 2025
• Páginas: 512
• Encuadernación: Tapa blanda con solapas
• Dimensiones: 22 × 14 cm
• PVP: 27 €
Reseña
El Orden del Capital afronta un tema complejo y difícil de orientar según el tono que se le quiera dar y las posibles consecuencias que pueda tener su enfoque.
Clara E. Mattei nos deja su enfoque en este ensayo económico que sirve como denuncia en diversos modos tanto desde una perspectiva filosófica o ética, política o histórica a la vez que un reflejo claro y muy directo sobre la política en general comenzando desde el pasado hasta el presente.
La austeridad y sus orígenes no fueron precisamente con un objetivo de ayuda o positivo, sino de control social empezando por la Primera Guerra Mundial desde Italia o Reino Unido consiguiendo que los derechos sociales se vieran mermados afectando al salario de la población o a sus derechos.
Todo el libro denota una amplia documentación y lo transmite de forma sencilla y entendible al público para que puedan acercarse a este tema y reflexionar lectores de todo tipo. Las élites se pueden ver en el fondo de la situación y como los verdaderos sujetos activos de la misma, algo que ocurrió tanto en regímenes como el fascismo italiano pero también en supuestas democracias liberales.
También hay que reflexionar sobre el lenguaje utilizado y los términos que se utilizan desde los escalafones superiores para camuflar o disimular una situación negativa y perjudicial, escudándose en la sostenibilidad o el déficit, haciendo una reflexión sobre quién se beneficia de la situación más desfavorable de los ciudadanos, a quién se castiga realmente y qué se busca con estas medidas económicas.
Un libro que debería ser urgente para debatir, poder presentar en debates, centros educativos… y para enriquecer una visión económica que muchas veces damos por sentada y quizás no esté tan extendida o sobre conceptos que rara vez cuestionamos y temas que damos por hecho en ocasiones sin llegar a reflexionar.
Veréis momentos muy interesantes y relevantes como las primeras políticas “tecnocráticas” donde ya se empieza a restringir derechos y bienestar ciudadano en nombre del orden económico, la comparación de figuras como Mussolini o sus economistas, los archivos inéditos y todo lo que escondían…
Una mezcla entre lo histórico y lo contemporáneo en un análisis al que enfrentarse con la mente abierta, paciencia y ganas pero que nos deja un resultado claro y muy interesante que nos invita a hacernos muchas preguntas y a seguir investigando este campo. Para intentar seguir mirando el mundo con otro punto de vista y desde un terreno con más medios y armas para luchar contra la injusticia y la desigualdad, algo que debería ser de extrema necesidad en estos tiempos.
Una necesidad de revisitar el pasado para cuestionar el presente que habitamos.
Esther Soledad Esteban Castillo
