La niña que siempre miraba el sol es una novela autobiografica de la modelo internacional Águeda López, que recorre su infancia en un pequeño pueblo de Córdoba marcada por el acoso escolar, el encorsetamiento de una pequeña localidad en los noventa y su perseverancia para construir su sueño.
Una novela sobre el acoso, el mundo de la moda, ‘ser el diferente’, el mundo rural vs el urbano , el peso del rumor, y de la fama.

Cuando Alma estaba a punto de tirar la toalla y renunciar definitivamente a su sueño de ser una top model internacional, un extraño le recordó que no se puede abandonar la partida sin hacer esa «milla extra», un último esfuerzo capaz de revertir la esquiva fortuna. Ese extraño fue el taxista colombiano que, mientras la llevaba al aeropuerto de Miami, la vio llorar en el asiento trasero. Para Alma, su breve «sueño americano» había terminado con un fracaso estrepitoso: ninguna agencia de modelos se había interesado por ella. Las palabras que le dijo aquel taxista —«Nadie merece más que nadie, solo aquel que hace más que los demás»— resonaron tanto en el interior de Alma que decidió perder su vuelo a Madrid para recorrer esa «milla extra». Volvió a llamar a las puertas que se le habían cerrado previamente y, esta vez, obtuvo una respuesta positiva. Nueve años después de todo aquello, Alma desfiló por primera vez en la haute couture parisina. En ese momento, con la satisfacción del sueño de su infancia cumplido, recordó el complicado camino que tuvo que recorrer hasta conquistar París.
Alma era la hija única de un matrimonio de agricultores. Pasó su niñez en Hornachuelos, un pequeño y humilde pueblo cordobés. Durante años sufrió bullying en su colegio y tuvo miedo al maltrato psicológico y físico que recibía por parte de unas compañeras. Para no preocupar a sus padres, no le contó a nadie las continuas humillaciones de las que era víctima. Se convirtió en una niña solitaria y tímida que encontró una única salida a su situación: soñar con que algún día conquistaría el mundo bello y glamuroso de las míticas top models de los años noventa. Su primera heroína fue Claudia Schiffer.
Además, La niña que siempre miraba el sol repasa los acontecimientos históricos que vivieron los millennials a finales de los ochenta y a lo largo de los noventa y realiza un recorrido por su música, sus aspiraciones y sus miedos.

ÁGUEDA LÓPEZ BENAVIDES nació en Córdoba (España) en 1981. Hasta los trece años se formó en ballet clásico y, mientras proseguía con sus estudios, trabajó como modelo. El año 2000 fue un parteaguas en su vida y en su carrera cuando se coronó, con diecinueve años, como miss Toledo, lo que supuso su participación en Miss España.
Estudió Periodismo en Madrid y continuó vinculada al mundo de la moda, tanto sobre las pasarelas como siendo portada de prestigiosas revistas o, más recientemente, en el diseño de ropa para niños. En 2014, Águeda López se casó con el cantante Luis Fonsi, padre de sus dos hijos, Mikaela y Rocco. Aunque ha trabajado en televisión y tiene mucha presencia en las redes sociales, La niña que siempre miraba el sol supone su debut como escritora.
Esther Soledad Esteban Castillo
