Sinopsis
Es desgarradora y poética, un emocionante y vertiginoso viaje con la descarga perfecta de adrenalina; el viaje para llegar hasta la verdad de lo que le sucedió a Vincent.
Aborda temas como el sensacionalismo, la realidad de haber sido madre soltera, los ataques a homosexuales, la protección de los padres a sus hijos, el duelo, el miedo, la hipocresía, la tolerancia, el odio irracional que desgraciadamente sigue siendo relevante.
Una obra que cautiva en todo momento pasando de lo brutal a lo poético, resultando devastadoramente hermosa.Información sobre la obraDirecciónPilar MassaProducciónBravo TeatroDramaturgiaPhilip Ridley (Traducción: Manuel Benito)Año2024Reparto
Pilar Massa
Eduardo GalloFicha artística
Ayudante de dirección
David Tortosa
Traducción y Adaptación
Manuel Benito
Escenografía y Vestuario
Miguel Delgado
Iluminación
Olga García
Producción ejecutiva y distribución
Salvador AznarDuración
110 mins apróx.Edad recomendada
Mayores de 14 años.
Crítica
Vincent River ha regresado a la Sala Mirador para volver con una de las obras más sorprendentes, con más verdad, con más corazón, con más crudeza y más desafiantes de la temporada.
Un texto de Philippe Ridle dirigido por Pilar Massa que nos hace visible lo invisible y muy bien acompañada por Eduardo Gayo haciendo un papel verdaderamente difícil donde lucha consigo mismo con un personaje muy complejo y lleno de matices que consigue tocar al espectador, cruzar límites, desgarrarse y a la vez desgarrar al espectador. Un dúo formidable al que le acompaña Pilar Massa con una presencia escénica imponente que también consigue revolver el corazón del espectador, agarrarle el corazón y devolvérselo completamente cambiado. Dos generaciones muy diferentes unidos por una historia muy humana, impactante, que retrata una realidad tremendamente incomprensible y ante la cual no deberíamos tener que haber asistido nunca.

Una obra que nos muestra la cruda realidad y la contrapone al amor, a la amistad, al amor de una madre, a la fortaleza, al olvido, a la fragilidad y a esa vida que de un día para otra nos cambia sin darnos tiempo ni a pestañear.
Un reclamo y un grito a la libertad, a la paz y a tener la opción de poder amar y dejarse amar por quienes queramos y sin tener que ser juzgados ni privados simplemente de derechos o una vida de normalidad, una idea que sigue luchando contra un mundo que todavía sigue sorprendiendo para mal y con personas que no deberían llamarse personas.
Una escenografía que nos lleva a la casa de esta madre herida y destrozada, para la que la vida ya no podrá ser igual nunca más, si es que se le puede llamar vida. Un encuentro con un personaje desconocido cambiará su día y su vida también en parte, en un encuentro donde ambos se desnudarán sin vuelta atrás, a lo largo de confesiones, secretos y una fusión que les hará diferentes.
La Sala Mirador vuelve a acoger esta obra que sin duda consigue ser un éxito contando con muy buenos ingredientes y siendo totalmente recomendable, no os la perdáis.
Esther Soledad Esteban Castillo

