Crítica de “Nunca he Estado en Dublín”

La familia Amesti se reúne para celebrar la noche de Navidad, pero este año es especial. Elena, la hija menor, vuelve de Londres tras tres años sin contacto y por fin estarán los cuatro juntos otra vez. Pero no viene sola, viene con Cindy, su novia irlandesa que todos están deseando conocer.

Lo que nadie se imagina es que Cindy sea un personaje invisible, una fantasía de Elena que pondrá patas arriba el frágil equilibrio de esta familia, disputándose entre aceptar o rechazar a esta extraña invitada.

A lo largo de esta delirante noche cada uno sacará a relucir sus propias fantasías y miserias. Y a pesar de las dificultades para aceptarse entre ellos, veremos que, en realidad, todos buscan lo mismo; una ilusión que les ayude a vivir.

Ficha artística
Dramaturgia: Markos Goikolea
Dirección: Mireia Gabilondo
Reparto: Eva Hache, Carolina Rubio, Iñigo Aranburu e Iñigo Azpitarte
Escenografía: Fernando Bernués
Vestuario: Ana Turrillas
Diseño iluminación: Xabier Lozano
Música: Iñigo Azpitarte
Dirección de producción: Nadia Corral
Producción: Octubre Producciones y La Tentación
Distribución: ConTablas Distribución

Crítica

Nunca he Estado en Dublín nos deja una de las propuestas más interesantes del teatro Pavón con una historia que es mejor que vayáis a descubrir sin saber nada de antemano, ya que os va a conquistar y no podréis parar de reír de principio a fin y además tiene una historia con un trasfondo que más allá de la comedia también nos deja una historia muy emocionante que conseguirá tocaros y a la par se hace una reflexión social que también podréis adivinar.

Una serie de gags muy efectivos y con Eva Hache liderando un reparto dirigido por Mireia Gabilondo con texto de Markos Goikolea que consigue meterse en el papel de forma excelente y defender una historia muy loca que os va a sorprender y que no vais a esperar. Carolina Rubio también nos deja grandes momentos muy cómicos gracias a su gesticulación y a poder meterse en el papel jugando con extremos y muy bien acompañada por Iñigo Aranburu e Iñigo Azpitarte que consiguen también unirse a esta locura colectiva y consiguiendo muy buena química entre todo el equipo.

Una comedia diferente que se aleja de una comedia simplista y fácil, escondiendo mucho más allá de lo que muestra en un primer momento y donde podremos creer a veces ya desde la desesperación en lo invisible, por supuesto reforzar el poder de la mente y de nuestros pensamientos más allá de la premisa cómica y que a veces el amor verdadero y la unión familiar consigue recomponer lo que habían roto nuestros errores y nuestro pasado, pudiendo empezar a construir de la mano un nuevo presente y futuro aceptándonos tal y como somos y hasta creyendo en que físicamente nunca podríamos haber imaginado. 

De Dublín a Londres y de vuelta a España, una obra que te despertara más de una sonrisa y que te hará ponerte en el lugar de sus personajes y verte en más de una ocasión reflejado, con una familia alocada que pondrá su vida patas arriba y conseguirá a la vez rescatarse de varios problemas y sobre todo tener la oportunidad de rescatarse a sí mismos, un misterio que tendréis que desvelar en el teatro.

Da gusto encontrarse propuestas tan frescas y desenfadadas por cartelera que a la vez consigan reflexionar y reivindicar temas que de otra manera sería mucho más agresivo o denso hacerlo, pero siempre hecho con una comedia desde el respeto y con cariño consigue llegar mejor al espectador.

No dejéis pasar esta propuesta y de dar una oportunidad a esta obra si tenéis la opción, no os va a defraudar.

Esther Soledad Esteban Castillo

Deja un comentario