
Con motivo del estreno de Dorinico, cómo conseguir un sueño, me he podido reunir con su director, Ricard Peitx, para conocer mejor cómo ha vivido todo este proyecto y acercarnos más a su pensamiento y a su mundo cinematográfico. No os perdáis la entrevista a continuación:
1. ¿Cómo nace el largometraje de Dorinico?
El largometraje de Dorinico tiene su origen en una conversación inspiradora que surgió hace unos años. Todo comenzó cuando Dorinico me propuso la idea de rodar un videoclip y me explicó la relevancia del disco Boleros en la intimidad, grabado con la colaboración de músicos excepcionales, muchos de ellos pertenecientes al legendario grupo cubano Irakere, liderado por Chucho Valdés.
En aquel momento, compartí con Dorinico mi sentimiento de que era una pena no haber registrado al menos un making of durante las sesiones de grabación realizadas en los estudios de Pablo Milanés en La Habana. Esas sesiones representaban un momento único que merecía ser inmortalizado. Esa reflexión fue el punto de partida para concebir algo más ambicioso: un documental que no solo capturara un instante, sino que explorara a fondo la trayectoria de un músico y compositor mallorquín con una profunda conexión creativa con artistas de renombre internacional del panorama musical cubano. La idea evolucionó desde la intención inicial de crear un videoclip hasta el desarrollo de un proyecto documental que celebrara la riqueza cultural y la colaboración entre diferentes mundos musicales.
2. ¿Ha sido el resultado final tal y como habías imaginado en un comienzo?
El resultado final ha superado con creces lo que habíamos imaginado al principio. Antes de empezar, dedicamos mucho tiempo a darle vueltas al proyecto, definiendo qué aspectos podíamos abarcar y hasta dónde seríamos capaces de llegar con la música de Dorinico como eje central. Teníamos muy clara la última secuencia desde el principio, pero cuando empiezas a grabar te das cuenta de que la realidad tiene una fuerza propia que desborda cualquier guion o idea previa.
Al darle al rec, nos enfrentamos a momentos únicos y espontáneos que transformaron por completo el rumbo del proyecto, aportando una riqueza y una profundidad que no habríamos podido anticipar. Esa espontaneidad fue lo que realmente marcó la diferencia, haciendo que el resultado final fuera mucho más auténtico y emocionante de lo que habíamos planeado en un principio.
3. ¿Qué te gustaría rescatar de este proyecto para trabajos futuros?
Lo que más me gustaría rescatar de este proyecto para trabajos futuros es, sin duda, el equipo humano con el que he tenido el privilegio de trabajar. Desde el primer día, todos han confiado en mí y han puesto su talento y esfuerzo para hacer posible este proyecto.
En particular, quiero destacar la fotografía de Edu Biurrun, que ha capturado la esencia visual del proyecto de manera magistral; el montaje de Saúl Benejama, que ha dado forma a la narrativa con una precisión increíble; y la producción de Paula Serra, que ha sido fundamental para que todo se llevara a cabo con la organización y la dedicación necesarias. Además, no puedo dejar de mencionar la música de Dorinico, que ha sido el corazón de este proyecto, dándole una atmósfera única y emocional.
Este proyecto me ha enseñado el valor de rodearme de personas con talento y pasión, y me gustaría llevar esa misma energía y colaboración a futuros trabajos, porque realmente creo que el trabajo en equipo es la clave para lograr algo memorable.
4. ¿El momento más complejo y el más placentero de hacer este film?
El momento más complicado de hacer este film fue, sin duda, rodar la última secuencia del documental. No tanto por la técnica, que estaba bien planificada, sino por la complejidad de la producción involucrada, especialmente al hacerlo en un lugar tan emblemático como el Tropicana. La logística, el ambiente y el hecho de que todo debía estar perfectamente sincronizado para capturar la atmósfera única de ese sitio hicieron de esa secuencia un desafío.
Por otro lado, el momento más placentero, y siempre el más satisfactorio en cualquier proyecto que he realizado, es cuando te sientas en una butaca de cine y ves el trabajo terminado, proyectado en una pantalla grande. Es el instante en el que todo lo que has planeado, todos los esfuerzos, las dificultades y las emociones del proceso se materializan en algo tangible. Ese momento de ver el resultado final es siempre el más gratificante.
5. ¿Qué nos puedes contar acerca de cómo viviste los procesos de “Nudos” y de “A-1606”?
Los procesos de Nudos y A-1606 los viví de formas muy diferentes, cada uno con su propio enfoque y sus propias lecciones.
A-1606 fue mi primer cortometraje y, como sucede con todo lo primero, fue una experiencia única e inolvidable. Estaba lleno de dudas y miedos, pero también de mucha ilusión y ganas. Fue un reto, ya que no sabía si realmente sería capaz de lograr lo que me había propuesto hasta que lo terminé. La incertidumbre y la emoción de estar comenzando algo nuevo marcaron ese proceso.
Por otro lado, Nudos fue completamente distinto. Venía de haber rodado Dorinico, lo que me dio muchas horas de metraje y experiencia en la práctica. Me sentí mucho más cómodo desde el primer día de rodaje y esa confianza me permitió disfrutar mucho más del proceso. De hecho, al terminar el rodaje, la sensación que tuve fue que no me importaría seguir haciendo esto cada día de mi vida. Esa comodidad y pasión por lo que haces es una sensación única y profundamente motivadora.
Sinceramente, recordar esos momentos, tanto de incertidumbre en A-1606 como de satisfacción en Nudos, es lo que realmente te da la fuerza para seguir adelante con nuevos proyectos. Como siempre digo, rodar te atrapa y cada experiencia te lleva a querer más.
6. ¿Qué tipo de proyectos son los que más te conquistan profesionalmente y luego como espectador?
Los proyectos que más me conquistan profesionalmente son aquellos de ficción, especialmente los que implican trabajar con actores. Me fascina el proceso de dar vida a una historia que comenzó en un papel en blanco, combinando imagen y sonido para crear algo tangible. Ese proceso de crear una narrativa visual y explorar las emociones y los conflictos de los personajes es lo que más me motiva.
Dentro de los géneros que más me apasionan, el thriller y las tramas de suspense son los que más me atrapan, especialmente el thriller psicológico. Me interesa profundamente explorar la mente humana, confrontar al espectador con preguntas profundas y reflejar la dualidad del ser humano. Estos temas me parecen fascinantes y son algunos de mis principales objetivos cuando escribo un guion: quiero crear historias que desafíen la percepción del público y los hagan reflexionar sobre el comportamiento humano y sus contradicciones.
Como espectador y admirador, mi gran referente es, sin lugar a dudas, Stanley Kubrick. Su obra es una constante fuente de inspiración por la forma en que logra combinar elementos visuales, narrativos y filosóficos de manera magistral. Kubrick exploró la complejidad humana y siempre me ha impresionado su capacidad para llevar al espectador a un viaje intenso, lleno de tensión y reflexión.
7. ¿Cómo recuerdas el momento en que decidiste dedicarte a esta profesión?
No recuerdo un día específico en el que decidí dedicarme a esta profesión; siento que, más bien, la vida me ha llevado hacia ella. Cuando era joven, no tenía claro qué quería estudiar y, en ese momento, fue mi primo Xavier Bonet, profesor de Tecnología Audiovisual en la ESCAC, quien me animó a adentrarme en este mundo. Su consejo marcó un antes y un después y, aunque en ese momento no era plenamente consciente de lo que me esperaba, siempre le estaré agradecido.
Desde ese día, no he hecho otra cosa que dedicarme al cine, y cada paso que he dado en esta profesión ha sido gracias a esa decisión que, aunque no fue planificada, cambió mi vida por completo.
8. ¿Cuáles han sido tus referentes profesionales y las obras que más te han marcado?
Mis referentes profesionales son aquellos cineastas que han dejado una huella profunda en mi forma de entender el cine y la narrativa visual. Uno de los más influyentes para mí es Stanley Kubrick, cuya obra admiro por su capacidad para explorar la complejidad humana a través de la imagen, el sonido y la narrativa. Películas como 2001: Una odisea del espacio y El resplandor son ejemplos de cómo combinar elementos filosóficos con una cinematografía impecable. Kubrick tiene una forma única de crear tensión y de desentrañar la dualidad humana, algo que trato de incorporar en mis propios proyectos.
Otro de mis grandes referentes es Alfred Hitchcock, especialmente por su maestría en el thriller y el suspense psicológico. Obras como Psicosis y Vértigo me enseñaron a jugar con la percepción del espectador y a construir tensión sin necesidad de grandes efectos visuales, simplemente con el manejo del tiempo, el sonido y la atmósfera.
Además, admiro profundamente el trabajo de Martin Scorsese, especialmente sus películas sobre personajes complejos y su exploración del crimen y la moralidad. Taxi Driver y Uno de los nuestros son referentes en la construcción de personajes multidimensionales que me han influido mucho a la hora de crear mis propios relatos.
En cuanto a obras que me han marcado, algunas de las que más impacto han tenido en mi visión del cine son El padrino, de Francis Ford Coppola, una obra maestra sobre el poder, la familia y la traición; y La naranja mecánica, de Kubrick, que me mostró cómo el cine puede ser tanto un arte visual como una reflexión profunda sobre la sociedad y la naturaleza humana.
En resumen, estos cineastas y sus obras han sido cruciales para mi formación, tanto técnica como emocional, y me han enseñado que el cine no es solo contar una historia, sino también explorar la psicología humana, las tensiones sociales y las emociones más profundas.

9. ¿Un sueño cumplido y uno por cumplir?
Un sueño cumplido para mí es haber podido escribir, rodar y terminar todos esos proyectos que han sido una parte fundamental de mi carrera. Cada uno de ellos representa un paso en mi evolución como cineasta y el hecho de haber logrado completarlos, de haber plasmado una idea en la pantalla, es algo muy gratificante.
En cuanto a un sueño por cumplir, sin duda es rodar mi primer largometraje de ficción. Es un reto emocionante y ambicioso que he estado persiguiendo y que sigue siendo una de mis grandes metas. Crear una historia completa, con personajes y una narrativa sólida en un formato largo, es algo que aún me entusiasma y que espero lograr en el futuro.
10. ¿Algo más aportar o añadir a la entrevista?
Me gustaría añadir que rodar Dorinico, cómo conseguir un sueño ha sido una experiencia profundamente enriquecedora, ya que me ha permitido juntar mis dos pasiones: el cine y la música. Ha sido un viaje mágico, lleno de adversidades, pero también de alegrías y aprendizajes. Cada momento del proceso, desde la idea inicial hasta la última toma, ha sido una oportunidad de crecimiento y descubrimiento.
Este documental no solo cuenta la historia de Dorinico y de cómo alcanzar su sueño, sino que también ha hecho realidad el mío. Poder contar una historia tan poderosa, fusionando música, emociones y cine, ha sido algo que siempre había soñado hacer. De alguna forma, al contar su historia, también estoy compartiendo una parte de la mía. Es un proyecto que lleva mucho más que imágenes y sonidos: es una representación de todo lo que nos mueve, lo que nos inspira y lo que nos hace seguir adelante.
Esther Soledad Esteban Castillo
