Con motivo de la nueva edición del Festival Lesgaicine de Madrid, se entregó en esta ocasión el premio de honor a la trayectoria a Rose Troche y, con motivo de este galardón, me pude reunir con la cineasta para conocer mejor su carrera y cómo ha ido viviendo personalmente todo este tiempo el mundo del cine y cómo ha afectado a su vida.
Troche ante todo se mostraba muy emocionada por recibir este premio de honor por su película Go Fish. Comentaba que había estado ya varias veces en España, ya que vivió en Barcelona en 1998 después de vivir primero en Londres y ya luego se mudó a España, recordaba. Indica que en Madrid ya ha estado cuatro veces y es una ciudad que también le gusta mucho aunque no la conozca todavía por completo.
Un acercamiento a su amor por el cine
Respecto a sus comienzos en el mundo del cine, comenta que ya han pasado muchos años y que, cuando ella estaba empezando, había mucha gente haciendo películas al estilo “guerrilla” con la cámara y no se podía comparar para nada con la facilidad que tenemos ahora con los teléfonos móviles. Cree que para ella era algo áspero y que se inspiraba mucho en Spike Lee, que era como su biblia y le inspiró muchísimo. El poder hacer cosas de forma colectiva e inspirarse en otros era algo muy atractivo, pero considera que ahora ha cambiado bastante.
Con Go Fish fue también una de las excepciones para la industria, ya que ella fue la directora, la productora y la editora, consiguiendo también una gran visibilidad para la comunidad lésbica. Siempre ha querido y sigue queriendo visibilizarla, por lo que suele recordárselo a sí misma en momentos de duda.
Respecto a la industria, cree que ha cambiado todo mucho, pero se sigue recordando a sí misma que debe hacer películas y que no tiene por qué esperar a nadie para hacerlo. Comenta que se trata de ir consiguiendo el dinero e ir día tras día construyendo la película. Al final, una vez que has aprendido y sabes cómo hacer cine, debería ser casi como un horario o una planificación: filmar en orden, paso a paso. Aunque luego dudes y pienses que no lo has hecho bien, para ella es de lo que trata Go Fish y el cine en sí mismo: tú debes hacer todo de la manera en que quieras, incluso si lo haces en un año. Para Troche es lo que ama del cine indie o independiente.
También comentó que la tecnología hace como si volvieses hacia atrás y, a la vez, te permite abaratar y simplificar procesos, pudiendo rodar y editar el mismo proyecto en tu teléfono móvil. Revela que ahora son herramientas que casi todos tenemos y que utiliza en su propio trabajo. Comenta que ha dirigido películas, ha hecho televisión, webseries, cortometrajes… y que en ellos siempre va creando su propia realidad virtual.
Para Troche el cine es como una larga relación sentimental y ella ya lleva treinta años en la industria. Cree que, para seguir, debe enamorarse una y otra vez, buscando maneras de volver a agitarlo todo, ya que a veces hay fuerzas externas que lo complican. Para intentar estar al nivel del éxito que te habías propuesto, tienes que volver a tus propias cosas e ideas. Es algo muy personal y, sobre todo en los Estados Unidos, se trata de encontrar la forma de controlar esto y no hacerlo solo por dinero. La cineasta indica que siempre trata de recordarlo y que no hay que centrarse en los fallos o el supuesto fracaso, ya que a veces incluso con una pequeña película puedes llegar a conmover a muchas personas.
Incide en que la gente siempre habla del cine como un sueño y un gran placer, pero que en realidad es muy complicado: debes hacerlo con mucho trabajo y esfuerzo para intentar poder lograrlo y debes luchar contra ti misma y contra la idea del éxito a lo largo de los años.
Comenta que, una vez consigues dar el primer paso y hacer el primer proyecto, el segundo debería ser más fácil, el tercero más aún y, cuando vayas generando cada vez más recursos, debería ser más sencillo continuar… pero no siempre tiene por qué ocurrir de la misma forma. Ahí es cuando entra en juego recordar por qué haces tu trabajo, por qué lo has elegido y por qué está siendo un buen viaje en definitiva.
Una lucha por la comunidad
Troche destaca también que todavía hay voces de la comunidad LGBTQI+ a las que hay que dar voz y que siguen marginadas o silenciadas. Debemos hacerlas hablar y encontrar la manera de hacerlo, ya que las personas queer vienen de una historia de lucha, explicaba seriamente. Recordaba en la entrevista una exposición que estuvo viendo en Edimburgo, que se llamaba Women in Revolt, donde se mostraba que las mujeres no tuvieron derecho a voto en Reino Unido hasta 1975, algo que considera totalmente insano. Por ello cree que debemos ser más inteligentes esta vez y, ya que lo estamos viviendo y tenemos voz y una lección de historia, debemos combatirlo. Considera que, en estos treinta años que lleva en el cine, quiere ver y formar parte de algo nuevo.
Con Go Fish buscaba crear algo que fuese para las mujeres y que también ofreciera algo nuevo a la comunidad, de forma sincera, que pudiera dar fuerza y, sobre todo, que ofreciera consuelo o refugio a alguien que se sintiera sola o apartada y viese la película.
Como recuerdo de cuando empezó en el cine, indica que sus padres eran de Puerto Rico y que, como no tenían dinero en la isla, se mudaron a Estados Unidos. Era difícil para ella poder imaginarse haciendo películas cuando iba al colegio y no tenía forma de poder ganar dinero, ya que querían que su propósito de vida fuese ir al colegio, casarse, hacerse enfermera y tener muchos hijos. Comenta que sus padres se divorciaron mucho tiempo antes de que fuese ella al colegio y que solo le tomó un momento pensar si podía hacer todo esto siendo una niña cuyos padres esperaban siempre mucho de su vida. Así que siguió con la cabeza alta trabajando, encontró el camino de las artes y fue muy importante encontrar primero el patrón incorrecto para acabar encontrando el correcto.
Nos compartió cuándo descubrió el cine profesionalmente y el mundo del vídeo y la fotografía, donde las películas estaban ligadas a la vida, mientras que el vídeo era más inmediato y, en aquella época, todavía muy analógico. Las películas seguían siendo el arte más elevado y el vídeo era aún un medio. Troche recuerda que hizo muchos trabajos con vídeos, sobre todo sobre protesta y conciencia social junto con la indignación y, por otra parte, sobre el amor en su vida. Todo ello, sucediendo al mismo tiempo, dio lugar a Go Fish.
Sobre el proyecto comenta que han pasado como veinte años y que durante aquella época pasó mucho tiempo con la película para completarla. Por un lado, se siente como si estuviese en la vieja escuela y, a la vez, habla de ella como de su bebé. También le sirvió para conocer a una gran comunidad de personas y hacer muchos amigos. Pero recuerda que también hubo malos momentos, como cuando amigos suyos murieron y fue devastador, por lo que la tristeza y el dolor también tenían que salir de algún modo. Luego, tratando aparte la dulzura y la simplicidad, se conformó un universo muy completo de sentimientos y sensaciones. Haber hecho esta película, para ella, se podría describir como haber reunido nuestras casas, nuestros gatos, nuestras ropas… fue como una casa desordenada muy divertida de poder ver y ahora de recordar.
Proyectos que hicieron una vida
Hablando sobre el recuerdo de The L Word, piensa que nadie apreció en ese momento el gran fenómeno que estaba siendo y en lo que se iba a convertir, tal y como se valora a día de hoy. Ahora le parece mentira haber sido parte de este proyecto y fue verdaderamente impresionante haber podido dirigir los episodios que había escrito gracias al regalo que Ilene Chaiken le hizo, algo que fue muy generoso, ya que le permitió y le dio el regalo de formar parte del proyecto de esa manera. Sentía que estaba haciendo algo muy importante por la comunidad lésbica. Cree que se deberían hacer más proyectos similares y siempre recordará cuando recibían cartas de personas que luego colgaban en la pared y sentían que estaban cambiando el mundo.
Para ella, fue un orgullo poder hacer el mundo algo mejor y ayudar a la gente. Fue todo un honor, pero también fue devastador para ellas que todo acabase de la manera en que acabó y una pena que terminase el proyecto. También indica que todavía conserva amistades y se forjaron relaciones muy bonitas que se mantienen unidas por la memoria de aquel proyecto, siendo algo al final totalmente genuino y que conserva su esencia, comentaba orgullosa la cineasta.
Ahora está desarrollando una nueva película lésbica donde cree que puede que algunas la odien, comentaba bromeando, ya que hay una parte donde una de las protagonistas tiene sexo con un hombre. Pero, al final, lo que se trata de reflejar es una película queer acerca de hacerse mayor y de buscar la felicidad, que llega una vez que has amado, te abres a ti misma y te vas haciendo mayor. Teniendo en cuenta que todos tenemos un bagaje que tenemos que aceptar y no solo a la persona, ya que a veces también tienes que aceptar a sus ex o lxs hijxs que tengan con otras parejas pasadas, asumiendo el duelo correspondiente y buscando el propósito de todo. Troche comentaba que esperaba poder rodarla en 2025.
Conociendo más personalmente a Troche, comentaba que una de las películas que podría poner banda sonora a su vida sería el film de Wong Kar-wai In the Mood for Love, ya que siempre hay algo bello en la pasión y representa varios momentos muy emocionales para ella y algo que podría pasar algún día.
Otro título que podría mencionar sería Philip Glass con Las horas, que siempre le ha encantado, pero, divertida, comentaba que al final la música pop o el dance es lo que más feliz le hace en su día a día.
Sin duda, un encuentro que fue todo un placer, muy enriquecedor y con una figura mítica para el cine y para la comunidad LGBTIQ+ que no podemos dejar de recomendar una y otra vez. No os perdáis sus siguientes pasos y todo lo que podremos ir descubriendo en el futuro —esperemos que cercano—, pero, mientras tanto, podéis disfrutar de sus clásicos.
Esther Soledad Esteban Castillo
