Entrevista a Xisco González por “Los Chicos del Coro”

Xisco González en Los Chicos del Coro

Con motivo del regreso del musical de Los Chicos del Coro a Madrid, me he podido reunir con uno de sus protagonistas, Xisco González, para conocer cómo está viviendo este proyecto y esta auténtica revolución teatral.

Conociendo a Los Chicos del Coro

Hablando sobre su incorporación a esta obra, comenta que está muy feliz con este proyecto. Al comenzar esta nueva etapa, el equipo tenía la incertidumbre de afrontar una segunda temporada en Madrid, pero ahora están muy satisfechos: tienen mucha afluencia de público, la gente sale muy contenta, reciben un gran feedback, los niños nuevos se han adaptado muy bien a los papeles y han podido visitar nuevos espacios como el Teatre Tívoli de Valencia.

Comenta que comenzaron el diecisiete de noviembre y que, por ahora, a falta de confirmación, estarán hasta enero o febrero. De momento ya han tenido varios sold-out y destaca también a la gente que repite tras su primera temporada para ver al nuevo reparto.

Nos contaba también que los domingos tienen doble función y que, en la sesión de las 20:00 horas, parece que todo es más complicado, ya que normalmente en el teatro musical se suele tener una única función. Aun así, siempre se preparan con su voz, el cuerpo y el espíritu para darlo todo sobre el escenario y dejar sus vidas atrás cuando el telón se levanta. Cree que habitualmente se romantiza el trabajo de actores, actrices y bailarines, pero que cuando tienen un mal día se deben al público y tienen que salir a escena y, después, ya llorar si hace falta.

Cree que es, ante todo, una persona muy agradecida y, aunque su personaje le dobla la edad, comenta divertido que el público se sorprende al verle como es en realidad y le da la enhorabuena por su papel. Es algo que agradece profundamente y que le ayuda a seguir. De su personaje destaca tanto su comicidad como el número musical que tiene, con un estilo muy Broadway, y que le fascina.

Respecto a la reacción del público, comenta que también hay muchas partes en escena donde el patio de butacas permanece inmóvil, sin apenas reaccionar, pero que al final, cuando termina la función, se rompen y aplauden muchísimo. Cada uno tiene su medida y su forma de expresarse, pero cree que la gente disfruta mucho con la mezcla de estilos y con esos momentos más distendidos que alivian la tensión de la obra.

Escena de Los Chicos del Coro

Su incursión en este universo de Los Chicos del Coro

Respecto a este trabajo, destaca que el mayor desafío lo tiene al interpretar a un personaje que le dobla la edad, pero también subraya el trabajo con sus compañeros, que cuentan con una trayectoria de más de treinta años. Intenta, en su número musical, no caer en el cliché, y cree que la caracterización y el trabajo corporal le ayudan mucho con su personaje.

Como gran placer, destaca el trabajo con niños de entre nueve y quince años, pudiendo ver sus inquietudes y cómo se relacionan con el resto del equipo. Cree que tiene escenas que son un auténtico regalo actoral y le hacen recordar cuando estudiaba arte dramático; verse ahora en el escenario le parece un regalo. También resalta el trabajo en camerinos y cómo eso les ayuda a no mecanizar la función.

Recuerda el momento de haber cumplido doscientas funciones en escena y el ritual que mantiene antes de salir al escenario, evocando una frase que le dijo un profesor: si no te crees lo que vas a hacer, el público tampoco lo hará. Busca sobre todo que el trabajo esté vivo, no mecanizarse y estar en alerta para dar lo mejor de sí mismo. Su mayor deseo es no salir a escena “por inercia” y conservar siempre esa motivación extra para que el público le vea y todo esté bien.

Comenta divertido que muchas veces puedes quedarte en blanco en el escenario sin saber por dónde continuar, pero que, al final, de una forma u otra, la escena termina saliendo. También nos contaba que él es quien abre la obra y que, en parte, de él depende que el público se enganche desde el principio y no se quiera ir.

Destaca el trabajo de los compañeros, que siempre están en escena cantando, actuando y esforzándose, haciendo un trabajo con una gran carga física y emocional. Tienen mucho recorrido función tras función y siempre buscan dar una vuelta de tuerca a los personajes. También subraya el trabajo de los covers, que proponen versiones distintas de los personajes que pueden gustar más o menos, pero enriquecen el montaje.

Para él, el mensaje de la obra es que nunca es tarde para lanzarse y hacer lo que quieres, perseguir tus sueños, tener un objetivo y proyectarte.

Sin duda, Los Chicos del Coro se ha convertido en una de las grandes revelaciones y apuestas de la temporada. No dejéis de visitar el Teatro La Latina para emocionaros con esta obra tan especial.

Esther Soledad Esteban Castillo

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