
‘La mitad de Ana’ reflexiona sobre la identidad de las personas en una ópera prima llena de sensibilidad
La actriz y directora Marta Nieto presenta la película en FICAL, acompañada de la también actriz Sonia Almarcha
Marta Nieto afirma que “los niños no tienen ningún problema y somos los adultos los que tenemos que aprender a gestionar estos miedos y aportarles herramientas para explorar con seguridad su identidad”
Identidad, tolerancia, búsqueda de la felicidad. Son tres conceptos que fluyen de manera natural en ‘La mirada de Ana’, el estreno como directora de Marta Nieto, y en la que profundiza en la identidad de género, que traslada a la infancia de la protagonista, pero que, en la película, se visualiza a través de la mirada de la madre, que también busca reencontrarse como persona. Marta Nieto confiesa que su propia maternidad le llevó a “reflexionar sobre mi papel como creadora, actriz y madre”. Esta idea la desarrolla en su ópera prima: “la película habla de identidad, de identidad de madre, y, como espejo, la identidad de la niña. A través de la pequeña, la madre se replantea su propia vida para, desde la serenidad, poder ayudarla”.
Hoy ha presentado el trabajo en FICAL, enmarcado en el Certamen Nacional Ópera Prima, y lo ha hecho acompañada de la actriz Sonia Almarcha, que en la película es su ‘pepito grillo’, la hermana que intenta ayudarle a recolocarse en la vida. En la rueda de prensa ha estado presente Enrique Iznaola, director de FICAL, que ha recordado que “Marta Nieto ganó en 2017 el premio a mejor actriz en el certamen internacional de cortometrajes de FICAL por su papel en ‘Madre’ y ahora regresa en su faceta de directora con este magnífico trabajo”.
El proyecto tiene su precedente en el corto ‘Son’, de la que es creadora, y viene bajo el abrigo del Programa de Residencias de la Academia del Cine para internacionalizar los primeros proyectos de los directores/as. Marta Nieto confiesa que “el proyecto ha ido fluyendo de forma orgánica, y me ha permitido afrontar los retos en mi primera experiencia como directora poco a poco. Si no hubiera sido así, posiblemente se me habría hecho bola. Por eso, todas las partes del proceso han sido placenteras”.
La película se centra en Ana y su hija ‘Son’. Ana compagina su trabajo de vigilante de sala en un museo con el cuidado de Son, su hija de ocho años. Separada desde hace tiempo, su rutina se rompe al comienzo del curso escolar cuando Son inicia una exploración de identidad. Desorientada, Ana empezará a ver las cosas de otra manera y poco a poco tendrá que reencontrarse con la mujer que fue antes de ser madre. Para poder acompañar a su hija, Ana tendrá que volver a ser Ana.
Marta Nieto afirma que “no quería hacer una historia de muchos actores, y la verdad es que he recibido el apoyo de todos ellos, y todos están estupendos”. Sonia Almarcha asegura que “Marta me elija en su primer trabajo como directora, una compañera a la que admiro es muy gratificante para mí. Si tengo que decir algo del rodaje, es lo fácil que ha hecho todo el proceso. La producción ha fluido con una energía muy positiva, y Marta Nieto ha hecho una ópera prima brillante”.
Trabajar con niños no es fácil, y Marta Nieto lo ha hecho apoyada en un coach actoral especializado en la infancia. “Lo primero que tengo que decir es que Noa Álvarez, a pesar de su corta edad, es una gran actriz. Ensayamos previamente las escenas y lo hacíamos siempre como un juego. Aunque había momentos de tristeza, buscamos que Noa viviera el rodaje como un juego. Y para lograrlo, el coach ha estado muy cerca de ella. La niña ha estado fenomenal y en el propio casting ya entendía el conflicto”.
Marta Nieto reconoce que tener que desdoblarse entre directora y actriz ha sido intenso. “Mi experiencia como actriz me han aportado bastante para ponerme detrás de la cámara. Pero una vez terminado el proyecto, creo que no volvería a asumir la doble función de directora y actriz. Ha sido un poco tenso, el cine necesita sus tiempos y es complicado desarrollar la bicefalia”.
La directora aborda el conflicto de la identidad de género con delicadeza y naturalidad, la misma con la que lo plantea el personaje Son, y pone el foco en los adultos, en el entorno. Marta Nieto explica que “los adultos somos los que debemos adoptar la responsabilidad de gestionar la incertidumbre. Los niños no tienen ninguno problema, y somos los adultos los que tenemos que aprender a gestionar esos miedos, para poder dotarles de herramientas a los pequeños para que exploren con seguridad su identidad”.
Sonia Almarcha añade que “la película habla de la identidad de género desde la serenidad, y eso es un acierto de Marta. Es verdad que existe una parte de la sociedad reticente a los cambios, pero la sociedad es diferente y diversa. Y en la ópera prima se aborda el tema con mucho amor”.

‘Fin de fiesta’ realiza un retrato ácido, y a la vez divertido, de la ‘alta sociedad’
La directora, Elena Manrique, presenta su ópera prima, junto a las actrices Sonia Barba y Beatriz Arjona
Elena Manrique afirma que “he querido reflejar con ironía la bipolaridad y el capricho que existe en el llamado ‘primer mundo’ y la solidaridad real que hay entre las clases trabajadoras”
Quienes han podido ver ya la película aseguran que respira la esencia de Berlanga y Buñuel. Y así es. Elena Manrique realiza una crítica, a la vez ácida y divertida, de la alta sociedad, y quizás también de algunos clichés de la ciudadanía española, y lo hace en una ambientación y con unos personajes disparatados, con un guión cargado de ironía, que engancha desde el primer momento.
La directora ha presentado la película ‘Fin de fiesta’ en FICAL, dentro del certamen nacional Ópera Prima, y lo ha hecho acompañada por Sonia Barba, todo un descubrimiento, y Beatriz Arjona y su mirada cinematográfica. Les han arropado la diputada de Cultura, Cine e Identidad Almeriense, Almudena Morales, y el director de FICAL, Enrique Iznaola. La diputada ha destacado “cómo ha sabido reflejar con ironía y comedia un perfil de la sociedad”. Mientras que Enrique Iznaola ha valorado “el bagaje de productora, y ahora como directora de Elena Manrique”, cuya ópera prima ha recibido el premio a la ‘Mejor Dirección’ en la SEMINCI.
Elena Manrique explica que “la historia se centra en un inmigrante que se cuela en una casa noble donde había esta señora bipolar. Que tiene que ver con la bipolaridad del primer mundo y el capricho que abunda en el primer mundo. Esconde a la africana, que se convierte en su juguete. Y aparece un tercer personaje con el que he querido reivindicar la solidaridad que existe entre las clases obreras”. Un guión basado en un hecho verídico. “He veraneado muchos años en El Palmar en Cádiz, y ahí veraneaba un amigo. Esto era junio, había aparecido una patera, y vieron que en su jardín había un chico subsahariano. Mis amigos, que son muy civilizados, le dejaron dormir esa noche, y llevaron a la estación. Cuando me lo contaron, se me quedó en la mente y de ahí surge el guión. Lo que he querido hacer es una especie de estudio sobre las clases altas. Ella representa a la vieja Europa. Lupe, a las clases trabajadoras que están cansadas de la situación, y la que viene de fuera es el elemento transformador para mover el gallinero”.
Tras 25 años como productora de éxitos como ‘La vida de Adèle’, ‘Celda 211’, ‘El laberinto del fauno’ o ‘El orfanato’, entre otros muchos, se adentra en la dirección con ‘Fin de fiesta’. La ‘premiere’ de la película fue nada menos que en el Festival de Toronto. “Es verdad que es una ópera prima que cruza los límites, pero también sabía que en España se iba a entender. Manejamos la ironía perfectamente, estamos muy acostumbrados, pero me daba miedo que en otros países no lo entendieran. Pero en Toronto la respuesta fue mi positiva. Aunque tengo una amplia experiencia como productora, a veces cuando empiezas una nueva vía, como es mi ópera prima, sientes el síndrome del impostor, y en Toronto me quité todos mis miedos”.
La historia surge de un hecho real que le sucedió a sus amigos, pero la decisión de abordar el proyecto nace en la pandemia del Covid. “Me separé de mi pareja en enero de 2020, se paralizó un proyecto como productora y nos confinaron. Y ahí fue donde decidí iniciar el guión, o lo hago o se me cae el mundo encima, y la primera versión ya la tenía cuando terminó el confinamiento”.
No sólo es el estreno en la dirección de Elena, también es el primer papel como actriz de Sonia Barba, que ha recibido excelentes críticas por su interpretación de ‘Carmina’, la señora, protagonista de la historia. “Es mi primera película, una apuesta personal de Elena, que no tendré vidas suficientes para agradecérselo. Ella consiguió que se abriera el casting. Es excéntrica, alocada y caprichosa. Me acerqué al personaje de Carmina de manera muy intuitiva”.
Por su parte, Beatriz Arjona representa a la asistente de la casa, “aporta sensatez. Las dos protagonistas a la vez se repelen y atraen y Elena ha sabido transmitirlo maravillosamente”. La tercera actriz es Edith Martínez-Val.
La sinopsis cuenta la historia de un migrante africano se esconde en el cobertizo de una casa señorial andaluza. Desde ahí contempla la vida cotidiana y la dinámica entre la señora de la casa y su joven asistenta. Un día es descubierto por la señora, y un tiempo después por la criada, pero ambas se lo ocultan a la otra, hasta que un imprevisto destapa el secreto.
El nombre inicial de la película era ‘Se acabo la fiesta’ y así se preparó el material promocional, “pero un mes después apareció un partido político con el mismo nombre, de ultraderecha, cuando la película va precisamente de reírse de es gente. Imagínate qué lio, tuvimos que rehacer la campaña y nos decantamos por ‘Fin de fiesta’”.
Esther Soledad Esteban Castillo
