
EN LIBRERÍAS: 13-5-24
En 1994, un equipo dirigido por el legendario cazador de fósiles Tim White descubrió un conjunto de huesos en la región etíope de Afar. La datación radiométrica de las rocas cercanas indicó que el esqueleto, clasificado como Ardipithecus ramidus —apodado «Ardi«—, tenía 4,4 millones de años, un millón más que la mundialmente famosa «Lucy».
Durante los quince años siguientes, el equipo liderado por Tim White llevó a cabo un estudio exhaustivo de los huesos en completo secreto. Cuando finalmente dieron a conocer el descubrimiento de los restos, Ardi asombró a científicos de todo el mundo, desafiando medio siglo de ideas ortodoxas sobre la evolución humana.
El estudio cuestionaba creencias generalizadas, incluyendo cómo comenzamos a caminar erguidos y a desarrollar manos ágiles. Y, lo más importante: demostraba que estos ancestros humanos eran más primitivos en ciertos aspectos anatómicos que los simios africanos actuales.
El hallazgo de Ardi no solo marcó un avance significativo en nuestra comprensión de las raíces de la humanidad, sino que desafió las convenciones científicas y desató una intensa disputa entre las principales autoridades en el campo de los orígenes humanos.
Pattison presenta al elenco de científicos excéntricos protagonistas de este relato con tintes detectivescos: Tim White, un ser perfeccionista e inflexible con propensión a crearse enemigos; Gen Suwa, un sabio japonés con profundos conocimientos sobre dientes; o los Leakeys, durante décadas la familia más famosa de la paleoantropología, entre otros.
Basado en años de investigación en África, Europa y Norteamérica, Hombres Fósiles no solo representa un estudio detallado y riguroso sobre los orígenes del linaje humano, sino también un examen profundo de las emociones más primordiales de la humanidad: la curiosidad, los celos, la perseverancia y el asombro.
«Se acostumbra a calificar a los fósiles como huesos de la discordia. Pero lo extraño de este esqueleto no fue que suscitara controversia, sino que no planteó ninguna. Algo muy curioso sucedió después de que, en 2009, Ardi fuera revelado al mundo por el equipo que lo había descubierto. Dejaron caer una bomba y entonces… se hizo el silencio. Las mismas personas que deberían haber mostrado entusiasmo por semejante descubrimiento parecieron hacer caso omiso de los hallazgos. Como supe más tarde, las razones fueron múltiples: algunos colegas discreparon de un modo vehemente con las conclusiones; otros temieron enzarzarse en discusiones que lo más probable es que acabaran de forma desagradable; y otras personas trataron de condenar al fósil a la irrelevancia ignorándolo. Tanto Ardi como el equipo que la descubrió parecían ser personas no gratas. Llegaron a referirse a una de ellas como «El-que-no-debe-ser-nombrado»».

Don Johanson mostró sus nuevos fósiles de Etiopía al equipo de Leakey en el Museo Nacional de Kenia. Allí conoció a Tim White, entonces estudiante de posgrado en el equipo de Leakey, que hizo una provocadora sugerencia: todos los nuevos fósiles de Etiopía y Tanzania pertenecían a una única especie.
Esther Soledad Esteban Castillo
