Con motivo del estreno en el Teatro Español de la obra Galdós: sombra y realidad, he podido volver a reunirme con Marta Aledo para conocer cómo está viviendo esta etapa, las últimas novedades de su vida profesional y hacer un pequeño repaso de los últimos años.
Nos cuenta que está viviendo este estreno con muchísima ilusión, ya que ha sido un proceso de ensayos muy bonito y se han entendido muy bien como elenco. Para ella, es una obra de amor y siente que los temas que aborda acaban traspasándose a la vida. Además, destaca que se ha formado una compañía que se ha entendido muy bien entre todos sus miembros.
Como curiosidad, recuerda que llegó dos semanas antes de empezar los ensayos. La actriz que iba a estar en su lugar tuvo que cancelar, la directora la llamó casi sobre la marcha y, afortunadamente, ella pudo aceptar el papel. Aunque a la vez se le cayó otro proyecto que también le hacía mucha ilusión, la experiencia está siendo profundamente gratificante.
Comenta que la obra está siendo un viaje muy bonito de interpretar. Galdós es una gran eminencia y un escritor enorme, así que haber podido acercarse a la persona, hacerlo más cercano, darle vida, escucharle y humanizarle ha sido una gran experiencia.
Sobre la posibilidad de haber interpretado otro personaje, siente que estaba destinada a hacer el que le ha tocado y que conecta de forma extraordinaria con él. Le fascinan todos los personajes del montaje, pero está convencida de que los personajes llegan hacia ti por algo y no podría ser de otra manera.
Cuando le pregunto cómo sería para ella conocer esta obra desde fuera, admite que le resulta muy difícil salirse completamente de ella. Estando dentro del proceso no sabía qué recepción iba a tener, pero intentaba ser lo más objetiva posible. Recuerda que, al ver los ensayos, disfrutaba mucho del trabajo de sus compañeros: le parece un espectáculo muy potente, donde valora especialmente las interpretaciones y la dirección.
En resumen, está siendo una experiencia tremenda. Dice que en cada función crean una “burbuja de amor” y un viaje al pasado, un paréntesis de una hora y diez. Para ella, si consigues que el público se olvide de todo, se deje llevar y viaje contigo, has alcanzado el objetivo más grande.
Subraya sobre todo el amor al público, la experiencia compartida y el viaje tan hermoso que supone la obra. Le permite desconectar y olvidarse del resto del mundo mientras está sobre el escenario.
Respecto al confinamiento, cuenta que ahora está intentando estar en una fase de aceptación. Además de actuar, escribe y dirige, así que lo que más intentó fue generar proyectos para cuando nos desconfinasen. Al principio del confinamiento sufrió un bloqueo creativo, pero después luchó por transformar todo lo que sentía en una obra y poder materializarlo. Al final, ha sido un confinamiento creativo.
Mirando hacia atrás, no puede faltar el recuerdo a Vis a vis. Fue, sobre todo, una experiencia muy inesperada y muy grande. Ninguno del equipo imaginaba el éxito que iba a tener la serie. Vivieron aquella repercusión con los pies en la tierra y ahora, con la distancia, la contempla como un precioso recuerdo.
Como último descubrimiento teatral, nos recomienda la obra de la compañía de Jose Troncoso, La cresta de la ola. Es una compañía que le gusta mucho; define su teatro como muy auténtico y muy rompedor.
En cuanto a la nota musical de este último año, confiesa que ha estado escribiendo mucho y que, para motivarse, ha escuchado bastante Salsa de Rubén Blades. Y, si tuviese que elegir una película para representar su vida, lo tiene clarísimo: El apartamento.
Al hablar de un lugar especial, describe su plan perfecto: ir a Londres a ver teatro. Siempre le encantaba ahorrar, escaparse, quedarse en casa de una amiga y después hacerse un auténtico maratón en el West End. Hace tiempo que no lo hace, pero espera poder volver pronto, porque siempre regresa de esos viajes con las pilas cargadas.
De cara a una futura entrevista, le gustaría comenzarla hablando de algún proyecto que le ilusione y que la motive con vistas al futuro.
Sin duda, ha sido todo un placer de entrevista y un maravilloso reencuentro cinco años después, con la mirada puesta en un próximo encuentro lleno de nuevas novedades, proyectos y esperanza.
Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid
