Crítica Juguetes Rotos

Quiero mirarme al espejo y reconocerme en él, mirar mi cuerpo y no odiarlo. Es más, quiero amarlo lo suficiente como para dejarlo volar libre como las palomas. Porque mi casa es mi cuerpo, y si se cae a pedazos no lo abandono, todo lo contrario, refuerzo sus cimientos para que resista todos los temporales, para albergar todo lo que lo embellezca y así poder habitarlo, recibir a mis huéspedes y llenar cada estancia con mi voz, por fin mi propia voz. Porque si no lo hago seré ese fantasma habitando el cuerpo de un juguete roto, seré esa criatura extraña empujada a deshabitarse, y no quiero, y no debo.

De esta manera nos cuenta Carolina Román la historia de Mario que trabaja en una oficina y un día recibe una llamada que le cambiará la vida para siempre… A partir de ese momento, viajaremos a su infancia, habitaremos su casa, recorreremos su pueblo. Pinceladas en blanco y negro que truncarán su identidad sexual y de género. 

Juguetes Rotos vuelve a la Sala Margarita Xirgu tras el éxito cosechado en la temporada 2017/18 y con dos nominaciones a los premios Max 2018 como ‘Mejor Actor Protagonista’ para los dos actores: Nacho Guerreros y Kike Guaza por ambas interpretaciones.

Una producción de Producciones Rokamboleskas

* Encuentro con el público 30 de octubre

 

Ficha artística

Dramaturgia y Dirección 

Carolina Román 

Con

Kike Guaza
Nacho Guerreros

Ficha artística:

Ayudante de Dirección Olga Margallo
Diseño de Escenografía:Alessio Meloni (AAPEE) 
Luz David Picazo
Diseño sonoro Nelson Dante
Diseño de Vestuario Cristina Rodríguez
Ayudante de Vestuario Unai Mateos
Fotos Bárbara Sánchez Palomero
Fotografía Cartel Sergio Parra
Diseño de caracterización Chema Noci
Producción Henar Hernández
Director de Producción Fabián Ojeda 

Una Producción de Producciones Rokamboleskas

Duración del espectáculo: 1 hora 30 minutos. Aprox.

Espectáculo no recomendado para menores  de 15 años

Crítica

Juguetes Rotos consigue gracias a este texto maravilloso de Carolina Román y las excepcionales actuaciones de Kike Guaza y de Nacho Guerreros romper a todo el público por dentro y quedarse bastante tiempo en tu memoria.

Perder la identidad acerca de nosotros mismos para pasar a ni reconocernos e incluso odiarnos a nosotros mismos no resulta nada sencillo y mucho menos aún cuando tu alrededor no te ayuda y sus mentes son tan cerradas y cortas de miras que no son capaces de ver más allá.

Una propuesta delicada y sencilla, a la vez llena de torbellinos complejos que arrasan y dejan con una tristeza tremenda a la vez que con un sabor que te recuerda a la libertad y a las ganas de luchar por ser quien eres y quien debes ser.

La escenografía acompaña al ambiente de la función y muestra tanto una jaula que nos atrapa y nos atormenta como un respiro de aire fresco y una energía increíble.

La conexión entre ambos actores es impresionante y sin duda eso hace aún más grande la función y también consiguen conectar con el espectador en todo momento.

La obra cuenta con varios momentos emotivos al igual que también tiene sus momentos de comedia en los que consiguen relajar un poco más el ambiente y no olvidamos destacar también el duro monólogo de Kike Guaza.

A veces ser tan valiente de demostrar quien eres, como piensas y lo que quieres puede salirte tan caro de renunciar a una vida… para comenzar un nuevo camino siendo quien en realidad debiste ser.

No os perdáis una de las obras más necesarias, conmovedoras e impresionantes de la temporada, no os a arrepentiréis.

Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid

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