Reseña Mrs Dalloway

Virginia Woolf hace un recorrido de 24 horas en la vida de Clarissa Dalloway, desde que se levanta por la mañana y comienza a preparar una fiesta para su marido, hasta el momento de esa fiesta, por la noche. Un recorrido marcado por las horas que toca la campana del reloj del Big Ben, por el tiempo que va pasando y que lleva a Clarissa a ir atrás y adelante en el tiempo de su vida. El flujo de su conciencia, la conciencia sobre su vida, sus decisiones, llega en el mismo instante en que abre la ventana de ese maravilloso día de primavera en el que prepara una gran fiesta.

Para dar profundidad al personaje Virginia recurre a la construcción de unas memorias, hoy utilizadas en las series y en algunos guiones. Todo ocurre en un solo día, dando la sensación de estar viviendo la trama en tiempo real.

Diversos personajes que formaron parte de su vida acudirán hoy a su memoria y, después, a su casa para la fiesta. Virginia va entrando y saliendo de su mente llevándonos a la construcción de una sociedad que, coincidiendo con la nuestra, es un tiempo entre guerras. Una sociedad que está despertando a un mundo nuevo que, al mismo tiempo, está siendo destruido.

Clarissa es una mujer superficial en apariencia y dependiente, inmersa en una vida insustancial que ha sobrevivido a base de no mirar hacia atrás. Una mujer, como tantas otras, dedicada a hacer felices a los demás, que ha tomado decisiones en su vida sin tener en cuenta lo que de verdad deseaba, cumpliendo los requisitos de una mujer maravillosa admirada por todo el mundo. Por medio de ella la autora remarca el rol de las mujeres y nos habla de la represión sexual y económica.

Woolf habla de feminismo, de mercantilismo, de bisexualidad, de medicina… Y del vacío existencial que es, probablemente, lo que más conecta esta novela a nuestra actualidad.

También nos da su visión del suicidio que, contrariamente a la imagen que se nos da habitualmente de Virginia Woolf, deja de ser visto como una tragedia y se convierte en una condición necesaria para que los demás valoren la vida. Lo hace por medio de la persona que se suicida. “La vida en sí misma cabe en un solo instante por el cual es posible incluso morir”.

Angélica tiene la vida reducida a tomar las pastillas que el médico le receta para acallar la voz que le acecha cada día, no le dejan escribir para que no se reencuentre con sus fantasmas. Tolera esa horrible rutina para satisfacer a su esposo. La humanidad la condena a la locura por no poder adaptarse al esquema de ser humano que la sociedad ha construido y que los doctores custodian. Con la muerte logrará liberarse a sí misma y a las personas que se aferran a ella. “Es posible morir,  eso es lo que hacemos, eso es lo que la gente hace. Estar vivos el uno por el otro”.

El suicidio de Angélica provoca en Clarissa una revelación: “La vida está en todas partes y nosotros estamos aquí. Ella ha muerto, pero nosotros seguimos vivos”.

Carme Portaceli

Ficha artística

Dirección: 

Carme Portaceli

Reparto:
  • Jimmy Castro
  • Jordi Collet 
  • Inma Cuevas 
  • Gabriela Flores
  • Anna Moliner
  • Zaira Montes
  • Blanca Portillo
  • Manolo Solo 
Ficha artística:

De Virginia Woolf
Dramaturgia, Versión Michael De Cock, Anna M. Ricart y Carme Portaceli 

Diseño de escenografía 
Diseño de iluminación 
Diseño de v
Música original y espacio sonoro 
Diseño de vídeo 
Ayte. escenografía 

Reseña

Sin duda estamos ante una obra que todo el mundo debería tener la oportunidad de ver y también de conocer la novela de Virginia Woolf en la que está basada.

Junto a la señora Dalloway, haremos un recorrido por su vida y su historia que a través de su melancolía, su nostalgia, su agridulce visión de la vida y sus recuerdos tendremos una inyección más que potente en nosotros mismos que nos harán también hacer un repaso por nuestra propia vida y también reflexionar sobre la vida y todas las preguntas que nos hacemos a lo largo de nuestra existencia.

Blanca Portillo vuelve a dejarnos un gran papel como era de esperar, lleno de emociones y de sentimientos pero sin rozar la exageración o un dramatismo exagerado como podría haber tenido este papel, sabe manejarnos y embelesarnos en la montaña rusa que atraviesa su personaje de principio a fin.

Muy bien acompañada está ya solamente por una escenografía muy sugerente y potente que juega con el tiempo y las emociones acompañando a la propia historia de Clarissa, junto a un reparto muy coral que no defrauda, destacando a Inma Cuevas y a Manolo Solo.

Este canto a la vida se realiza también mediante la muerte y su significado, con esos momentos en que ya no existe más salida ni más razones para seguir adelante, encontrando una medicina para ese desconsuelo quizás en otro lugar mucho más lejano.

El amor y el paso de los años provoca un cambio en nuestra perspectiva, al igual que los sueños que se van o cambian incluso de lugar o terminan perdiendo su importancia, mientras que nos replanteamos la persona que somos y si es la que siempre quisimos ser… esta y muchas más cuestiones se dan paso en esta función.

Una obra basada en el sentimiento humano y en la vida en su más amplio significado. No dejéis pasar esta joya teatral.

Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid

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