Entrevista a Marta Belenguer y a Marc Clotet por “Tengo tantas personalidades que cuando digo “te quiero” no sé si es verdad”


Tengo tantas personalidades - cartel

“Tengo tantas personalidades…”: un collage vivo de Max Aub en la Nave del Matadero

Dramaturgia y Dirección

Jesús Cracio

Reparto (por orden alfabético)

Marta Belenguer
Juan Calot
Marc Clotet
Miranda Gas
Julián Ortega
Carmen del Valle
Voz en off: Alicia Calot
Piano: Celia Laguna

Ficha artística

Escenografía: Silvia de Marta
Diseño de luces: Pilar Velasco
Vestuario: Ana López Cobos
Coreografía: Marta Gómez
Ayudante de dirección: Juan Ollero
Ayudante de escenografía: Pablo Menor
Ayudante de vestuario: Beatriz Robledo

La función “Tengo tantas personalidades que cuando te digo ‘te quiero’ no sé si es verdad” propone un viaje sensorial por la obra, el pensamiento y la mirada de Max Aub.
No hay un principio ni un final al uso: es una pieza de estallidos y retales que, más que explicarse, se siente. Un collage de locura lúcida —visual y rítmicamente potente—
donde un elenco en estado de gracia habita personajes confundidos y veraces, sin la obligación de cerrar nada.


Matadero Madrid - Nave Max Aub

En la Nave Max Aub del Matadero Madrid, el espectáculo destaca por su riesgo y su rara avis en cartelera:
entras sabiendo cuándo y cómo, sales distinto.

Entrevista a Marta Belenguer y Marc Clotet

El comienzo y la esencia

Ambos intérpretes llegaron a la obra llamados por Jesús Cracio. Marta Belenguer conocía a Aub “por encima”,
pero al leer el primer boceto se entusiasmó: “Era divertido, emocionante, poético y moderno”. Con el proceso, la dramaturgia se fue armando
en ensayo, puliendo textos y escenas “hasta convertirse en este paseo por Aub”.

Marc Clotet tampoco lo dudó: “No conocía apenas a Aub y ha sido un descubrimiento. Para mi generación no es tan presente;
toparme con él ha sido un regalo. Y con este reparto… imposible decir que no”.


Elenco en escena

Sobre la forma, Belenguer lo define con una imagen: “Es un traje en el que la manga no tiene que ver con la solapa ni con la pierna, pero en conjunto
funciona”. Clotet añade: “No hay hilo conductor, pero sí coherencia: es la vida escrita y pensada de Aub.
Hay quien agradece el bombardeo, esos fuegos artificiales imprevisibles; otros echan de menos un hilo. La vida, a veces, tampoco lo tiene”.

Para Cracio, la amplitud del autor hizo inevitable dejarse guiar por el instinto: un menú degustación emocional con lo que más le impactaba.
Y, como guiño, la sala se bautiza por primera vez como Max Aub al acoger la obra.

¿Qué se llevarían a otros proyectos? “Al equipo entero”, coinciden: “Cracio es un descubrimiento; y el equipo —dirección, escenografía,
vestuario— mezcla juventud y experiencia con mucho amor”.

El teatro y su oficio


Nave Max Aub - Matadero

Belenguer reflexiona: “Sales de la escuela creyendo que sabes y el oficio te enseña que estás aprendiendo siempre.
Te quedas con lo que te nutre de cada director, pruebas, cambias”. También lamentan la falta de monotonía (la buena):
“Cuando acabas de coger el pulso, la función termina; da pena separarte de algo que amas”.

El futuro de la función

Sueñan con llevar la obra a México, país donde Aub vivió y desarrolló gran parte de su teatro. Entre anécdotas,
recuerdan una plaga de hormigas y el reto de caminar por la vía del escenario sin caer, todos sincronizados.
“Nadie se ha desmayado aún… ni viendo a Marc Clotet”, bromea Marta.

El encuentro con el público está siendo muy emotivo: asistió Elena Aub, hija del autor, y una espectadora confesó que leer a Aub
le cambió la vida. “Aquí se llora y se ríe a carcajadas; cada palabra pesa”, resumen.


Marc Clotet en escena

Favoritas y desafíos. Para Belenguer, su momento favorito es la canción de Julián; la más compleja, la
comedia que no acaba de Marc y Miranda, una obrita dentro de la obra “comprometida y difícil”. Clotet subraya el pasaje de
Juan Calot con la maleta —“una vida que pudo ser”— y el número de cabaret por su puro goce.

Sueños, autores y cambios


Detalle del montaje

A Clotet, Aub le ha abierto puertas, como ya le ocurriera con Juan Ramón Jiménez al preparar una película:
“Quien vive para pensar y escribir deja semillas. Cuando conectas, algo se queda para siempre”.
Belenguer cita a Lorca (viéndolo, más que leyéndolo) y su revelación con “Que pasen cinco años” de Atalaya.

Recomiendan a Abel Zamora, Paco Bezerra y Fernando Arrabal.
Clotet soñó con el CDN y el Matadero y lo cumplió; Belenguer, con el Español y con proyectos públicos “en condiciones”,
recuperando la dignidad del trabajo.

Su día perfecto: venir al Matadero con amigos, pareja o hijos (si ya pueden), ver la función y tomar unas cañas allí mismo.
Y tú… ¿cuántas personalidades tienes?

Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid

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