CRÍTICA: OLIVIA Y EUGENIO
Olivia y Eugenio llega al teatro Bellas Artes para volver a demostrar la gran calidad de la programación de este teatro, con un reparto espectacular que deja a todo el mundo emocionado y maravillado ante el gran trabajo de la gran Concha Velasco y de su partenaire Rodrigo Raimondi/Hugo Aritmendiz.
José Carlos Plaza es el encargado de la dirección y el reparto es espectacular, con tan solo dos personas la obra vuela mucho más rápido y transcurre de una forma espectacular, mucho más ligera incluso que algunas que nos encontramos con un reparto muy numeroso.
Esta obra es ante todo humana y tierna, repasa de una manera muy verdadera la sociedad que nos rodea y la vida que vamos viviendo todos y cada uno de nosotros, donde el destino que tenemos a veces no es el que habíamos deseado y las decepciones y los sueños rotos se mezclan entre las ilusiones. Eugenio aparece como el contrapunto de Olivia en la obra, rompiendo a veces su monólogo y haciéndola cambiar su visión gracias a su amor y a su bondad.
Olivia tiene cáncer y la vida no le ha tratado como debería, su marido era un adicto y le complicó más la vida que se la alegró y sus hijos son muy diferentes entre ellos, Daniel es el mayor y no duda en pedirle dinero a su madre cuando le hace falta aunque no tengan una relación muy cercana y diaria, mientras que Eugenio es todo amor y tiene síndrome de down, al igual que el actor que le da vida.
Olivia tiene un plan para ella y para Eugenio, veremos si consigue llevarlo a cabo o alguna luz le hará cambiar de idea.
FICHA:
AUTOR: Herbert Morote
DIRECCIÓN: José Carlos Plaza
REPARTO:
Concha Velasco (Olivia)
Rodrigo Raimondi (Eugenio)
Hugo Aritmendiz (Eugenio)
ESCENOGRAFÍA: Francisco Leal
ILUMINACIÓN: Francisco Leal
MÚSICA ORIGINAL: Mariano Díaz
DISEÑO DE VESTUARIO: Lorenzo Caprile
PRODUCCIÓN: Focus y Pentación Espectáculo
Esther Esteban, Madrid

