CRÍTICA TEATRAL: DESDE BERLÍN, TRIBUTO A LOU REED

Nathalie Poza y Pablo Derqui se embarcan en un viaje la mar de complejo donde desde Berlín nos trasladarán a un universo real como la vida misma que duele en cada una de sus palabras, que impresiona con cada escena y que emociona con un trabajo teatral realmente admirable.

La química de los dos actores es impresionante y los giros que dan en el escenario tan vertiginosos y altamente emocionales enganchan al público en este duelo de dos actores desde el principio hasta el final de la hora y cuarto que dura aproximadamente la función.

La duración de la obra no podría haberse elegido mejor, ya que está en el punto de que ni cansa ni tampoco sabe a poco y termina justo en el punto ideal, dando un poco de esperanza al sabor de tristeza y amargura creado en la función y mucho más en la parte final.

Nathalie Poza os sorprenderá con este registro, en el que se muestra totalmente opuesta a lo que ella es y con un papel donde nos sorprenderá vocalmente entonando alguna canción de Lou Reed y tocando el piano, recorrerá el camino del amor mostrando la mejor parte del mismo y también mostrándonos el abismo al que muchas veces te puede conducir, en lo que puede provocar en ti y en lo que te puede convertir. En un principio conoceremos a una mujer con una fortaleza fuerte y a la que parece que nadie sería capaz de derrotarla o de traspasar su corazón, pero poco a poco veréis como el amor rompe esa coraza y nos muestra a una persona totalmente distinta.

La obra de teatro nos deja grandes reflexiones sobre como mostrarnos nosotros mismos al final de todas las máscaras que mostramos día tras día en lugar de mostrarnos nosotros mismos, como se puede destruir el amor y todo lo que cuesta llegar a hacerlo o bien como muchas veces estamos presentes en situaciones y en muchos lugares pero realmente estamos en otra parte, sintiendo como si tuviesemos a un actor o a una persona contratada para realizar nuestro papel mientras nosotros le observamos en la lejanía.

Pablo Derqui también vuelve a sorprendernos con un papel que nos mostrará a un hombre encantador en un principio pero también a un hombre consumido por la locura y por decisiones equivocadas que le han llevado a convertirse en una persona destructiva con todo lo que le importa a su alrededor, mostrando diversos estados que alternan entre la furia o la desesperación, sin duda un huracán emocional muy difícil de interpretar pero que Derqui consigue dominar.

La escenografía es sencilla pero muy efectiva, colorida y tan intensa en su sencillez como la obra. Una cama que será la protagonista de la función y detrás una especie de panel donde se reflejarán diferentes paisajes y vídeos con música incluída de Lou Reed que acompañará a cada situación.

Los momentos más sensuales y los más sexuales se representan de una forma delicada, directa y muy medida, por lo que también es de reconocer. Sin más, hay que dar la enhorabuena a Andrés Lima y seguro que cualquier fan de Lou Reed o el mismo artista se emocionarían con esta obra.

Si queréis conocer una historia que vale la pena y reflexionar sobre la complejidad de estos personajes y sus vidas, no olvidéis pasar por el Matadero de Madrid hasta el 7 de Diciembre.

Esther Esteban, Madrid