Entrevista a Verónica Echegui por “Kamikaze”

ENTREVISTA CON VERÓNICA ECHEGUI


Verónica Echegui

En Lunas Pasajeras entrevistamos a Verónica Echegui, una de las protagonistas de Kamikaze, una película llena de emoción, diversión, drama e inolvidables momentos. En una temporada de lujo para la actriz, cada vez confirma más que es una de las intérpretes jóvenes más prometedoras que tenemos, con grandes papeles a sus espaldas, cada vez mejores, y con una enorme belleza y carisma.

–¿Cómo nos definirías Kamikaze?

Es un canto a la vida. Todos podemos sentirnos identificados y, aunque las historias sean muy duras, también pueden provocar carcajadas. Desde el inicio ya nos introduce en un momento cómico, y como bien dicen, la comedia bebe mucho del drama. Si pensamos en la vida misma, hay situaciones cómicas a patadas, incluso en los momentos más delicados. La película parte de una premisa muy fuerte y real como es la historia de Slatan, que muchas personas viven en este planeta.

–Quizás la tragicomedia sea su éxito y lo que convence tanto…

El humor negro engancha al ser humano. La vida es macabra y a menudo vemos situaciones tremendas que en un primer momento nos provocan risa, y después llegan las lágrimas.

–La historia que mantienen todos los personajes en Rusia es muy interesante y ver cómo se van creando las relaciones.

Hay un factor desencadenante: se rodó en tiempo real con unos personajes enviados a un hotel y forzados a convivir. Eso produce cambios en la vida de todos.

–El frío seguro que fue otro protagonista de la película.

Yo ya había rodado en Canadá a -13 grados, y aquí estábamos a -18. Lo peor era la situación térmica. Sin embargo, Héctor no se quejó ni un día: aunque estuviéramos a las cuatro de la mañana de pie, siempre estaba en su sitio.

–Tuvisteis que convertiros casi en una familia real.

Fue muy especial. Como en la película, hicimos piña. Además, nos quedamos incomunicados, vimos cómo un bus era remolcado y no llegábamos…

–¿Te produjo algún cambio en tu vida esta película y la situación de tu personaje?

Al principio planteé hacer algo específico, pero no se pudo por cuestiones de espacio. Mi personaje está sola y perdida por una ruptura y necesita otra forma de vida, otras cosas. Me informé sobre el trastorno límite de personalidad y me ayudó mucho como base para entrar en su mundo: ella vive la emocionalidad de forma muy intensa y no es consciente. Nancy le hace cambiar, y nadie hasta entonces se había dado cuenta. Al fin y al cabo, todos queremos que nos quieran.

–Puede que ese sea uno de los mensajes de la película…

Desde el amor se consiguen más cosas que desde el rencor, el miedo o la rabia. El hecho de convivir te da un feedback distinto. Mi personaje tiene una visión limitada y se siente como en una prisión, pero luego experimenta una apertura que le libera. A veces uno mismo no puede, pero llega gente que le ayuda a cambiar.

–¿Cómo te has sentido en este registro? ¿Te apasiona más la comedia o el drama?

De momento no siento que haya hecho comedia como me gustaría. Aún no he tenido personajes muy cómicos y, en esta ocasión, trabajar con Carmen Machi o Eduardo Blanco ha sido todo un seminario. Me encantaría interpretar un personaje que me exija una gran comedia.

–También nos gustó mucho tu personaje en Cuéntame.

Me adapté muy bien a la idea del director, que además nos daba libertad para aportar al proyecto y volar con él. Fue un drama, pero también tenía toques cómicos. Yo siempre aporto ideas, aunque no siempre me las “compran”.

–¿Qué te parecen los comentarios que comparan nuestras mejores películas con las americanas?

Creo que esta película es comercial y llega a todos los públicos. Tiene elementos que funcionan muy bien a propósito. La opinión es valorable y ya forma parte de la industria.

–¿Qué elemento has tenido en este proyecto que no hayas vivido antes?

Nunca había trabajado con tantos obstáculos juntos: frío, nieve, aviones, logística, niños, perros, caos general… Hubo muchos momentos cómicos y, en ocasiones, era difícil concentrarse. La escena de encontrar al niño con la perra fue complicada, y más con tanto frío y Álex sin camiseta. La perra era buena, pero no siempre hacía lo que se le pedía, como es normal.

–¿Es una ventaja o una desventaja trabajar al lado de Álex?

Totalmente una ventaja. Tenemos un punto de vista parecido a la hora de trabajar. A veces es complicado porque él rodaba mucho, pero he tenido al mejor amigo al lado. El feedback no tiene precio, me sentí muy bien acompañada. Hay que sacar el trabajo adelante como sea, y si un compañero te echa una mano, mucho mejor.

–¿Futuros proyectos? ¿Te veremos pronto en el teatro?

Me encanta el teatro y me vuelve loca, pero ahora estoy inmersa en una producción íntegra entre Londres e Islandia. Es una forma distinta de trabajar, muy metódica, limpia y profesional. Aun así, se echa de menos tu país. Grabamos en un pueblo en el Ártico que me recuerda a Twin Peaks o Lost. El reparto me entusiasma: contamos con nombres como Stanley Tucci o Michael Gambon.

Entrevista realizada por Esther Soledad Esteban Castillo. Madrid.

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