Entrevista a Carmen Machi por “Kamikaze”

ENTREVISTA A CARMEN MACHI

En Lunas Pasajeras nos reunimos con Carmen Machi para hablar de Kamikaze, su nuevo proyecto cinematográfico que llega a nuestras pantallas para hacernos reír y disfrutar.

Lo primero que le preguntamos fue cómo pensaba que se podía definir la película o cuál era el mensaje principal. Nos contó que el más importante es que el ser humano puede levantarse y tener una segunda oportunidad en la vida. Todos los personajes vienen de la tristeza, de no decir lo que quieren en una situación extrema que paraliza tu vida y la cambia. Empiezan con soledad interior y acaban con mucha luz. La película tiene un recorrido que cuenta muchas cosas, pero la segunda o tercera oportunidad lo define: todos la tienen. Esa oportunidad te hace conseguir el triunfo y realizarte como ser humano, pero también puede llegar a la cuarta, expresaba la actriz.

Como vemos en la película, su personaje afronta todas las situaciones con una sonrisa. La actriz nos comentó que ya en otras ocasiones le ha tocado interpretar personajes con ese semblante, aunque hayan tocado fondo. Tienen una gran capacidad para salir a flote, algo real: madres con hijos con problemas, mujeres maltratadas… Son personas con un sufrimiento muy grande, pero el efecto rebote sale optimista. En la vida, pocas personas con un drama están todo el rato llorando. Define a su personaje como alguien optimista por naturaleza, liberado y que mira con ojos de pasado.

En el rodaje vivió momentos emocionantes y emotivos. Para ella, el trabajo de Álex García es descomunal y lo que cuenta resulta muy real. Decía que para nuestra generación es difícil sentirlo porque no hemos vivido una guerra. Es terrorífico desprenderte de tu familia y de tus raíces. A él le pasa y prefiere acabar consigo mismo para dar un grito de libertad. A veces hay cosas que se quedan fuera en el montaje, pero hubo momentos muy importantes, recordaba Machi.

“El cariño libera y esta película es un canto a la amistad. Hacen que tu vida cambie y los necesitas para siempre. Con los desconocidos te desahogas mejor. El amor acaba con el odio”, afirmaba segura.

También tuvieron que rodar con condiciones climatológicas extremas. Como decía la actriz, el noventa por ciento del tiempo pasa frío porque los actores nunca van preparados por mucho que te protejan. Además, coincidieron con un temporal horrible: por más caldos que tomaran no había forma, había tormentas… recordaba entre risas.

El proyecto le llegó a través de Luis San Narciso, director de casting de Globomedia, con quien tiene una estrecha colaboración. Le invitaron a participar y, como siempre hace, leyó el guion para ver si le convencía. Le pareció muy interesante. También afirma que nunca interpreta personajes parecidos, porque no suele ocurrir.

Un requisito indispensable hoy en día es el económico para las cifras del cine y su financiación. Casi obligatoriamente tienen que colaborar las televisiones. En Ocho apellidos vascos, Telecinco hizo una promoción salvaje y aportó un apoyo brutal, pero sobre todo fue el público el que la convirtió en fenómeno. Ya va por diez millones de euros, algo muy positivo para el cine español. Las salas están llenas y es un canto al cine, comentaba la intérprete.

No es la primera vez que le ocurre estrenar dos películas a la vez. Rodó primero Kamikaze y para ella es un lujo tener trabajo que sirva para algo, porque formas parte de un proyecto que llega a la gente. No se lo lleva a título personal, lo importante es que sea bueno para el cine. Kamikaze tiene todos los tintes para lograrlo. Ocho apellidos vascos está en el ranking mundial y es una película española: positivo y sorprendente, argumentaba segura.

Sobre su compañero Eduardo Blanco comentó que es un actor excepcional, uno de los motores que le hizo aceptar la película. Fue muy divertido, aunque con las condiciones climatológicas de por medio. De las escenas cómicas señala que suelen ser más divertidas de ver que de hacer.

También habló de la relación creada en el rodaje. Explicaba que siempre se forma una familia, sobre todo cuando se rueda fuera. En Madrid cada uno se va a su casa, pero allí compartieron todo: levantarse, comer, rodar… Fueron seis semanas y otra en Madrid.

Por otro lado, Carmen explicaba que normalmente interpreta más personajes dramáticos que cómicos. Le preguntamos por las lecturas dramatizadas que había hecho en el Teatro Español. Recordaba que fueron muy particulares porque eran en castellano antiguo medieval, y aun así estaba a rebosar de público deseando escuchar fragmentos, a pesar de la dificultad de leerlos e interpretarlos.

Refuerza que otro de los mensajes que transmite la película es que nunca es tarde para empezar. Como curiosidad, nos contó que de todos los personajes que hace se lleva los zapatos, porque el calzado te marca la manera de interpretar, igual que en la vida. Como actriz, es un apoyo fundamental. No se implica demasiado a nivel emocional, sino que se emociona desde fuera y toma algún patrón de la vida, alguna energía. Para ella, todos los personajes dejan alguna huella.

Entrevista realizada por Esther Soledad Esteban Castillo. Madrid.

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