Entrevista a Eva Almaya y Cecilia Gessa
Dos amigas muy bien compenetradas, dos actrices con mucha química y una gran obra dirigida por Manuel Velasco llega a Microteatro para conseguir que perdamos la calma, muy al contrario de lo que insinúa su título Mantengan la calma.
También protagoniza la obra Usue Álvarez, que no pudo estar presente en este encuentro. Una obra distinta, inquietante, llena de suspense y también con una comedia implícita pero efectiva.
Alegría, carisma, química a raudales, presencia y profesionalidad. Cualidades entremezcladas que aportaron las dos actrices y que, mezcladas como si de una coctelera se tratase, podréis encontrar en esta entrevista.
Próximamente también podremos verlas en Bloody West, película dirigida por Manuel Velasco, y a cada una en sus respectivos cortos para el festival Notodofilmfest y en otras obras de teatro. Actualmente también podéis disfrutar de Gessa en ¡Ay, que me viene!.
Seguid adelante… y, ante todo, mantened la calma.
¿Cómo llegáis a este proyecto tan misterioso que es Mantengan la calma?
Cecilia: Fue básicamente cosa mutua: cogimos a Manuel Velasco por banda y le dijimos que queríamos trabajar con él en un micro y que nos escribiese algo.
Eva: Queríamos trabajar juntas y pensamos en alguien con quien tuviésemos confianza. Cuando se lo propusimos aún no había escrito nada para el micro. Él había hecho otra obra anterior en septiembre, pero cuando lo hablamos antes de verano todavía no la había escrito. A la hora de entrar en Microteatro, tenía otro encargo y por la temática entró antes el otro. Podrían no habérnoslo cogido, pero habrá gustado el texto y el reparto (risas).
Ya llevamos varias obras de Microteatro encima, pero aún no habíamos coincidido.
Cecilia: Aquí estamos muy felices.
Y luego también está Usue Álvarez…
Eva: No la conocíamos ni habíamos trabajado con ella. Es muy diferente cuando somos dos a cuando somos tres: se reparte el nervio, el peso y el protagonismo, pero esta obra es de mucho movimiento y acción. Si no hubiésemos sido tres, nos habríamos quedado cortas.
Cecilia: Es una obra muy técnica y también dependemos de otros factores. Nuestro director tiene que estar in situ en todas las funciones y, cuando acabamos, siempre le preguntamos qué tal nos ha visto, porque aunque no lo preguntes te lo va a decir (risas). Es imposible no intentar superarte cuando está el director delante. Es una obra bastante original dentro de lo que se hace en Microteatro y me gusta estar en una apuesta distinta de lo que suelo hacer, que es casi siempre comedia. Esta es una especie de thriller-comedia.
Eva: Ha sido una sorpresa ver cómo ha quedado. Pretendíamos que la gente estuviese en suspense y pasando miedo, pero resulta que se ríen un montón. No es una comedia planteada como género, de hecho en ningún momento nos reímos, pero cuando empezaron a reírse hay que asumirlo. Incluso Manu dijo que le encantaba.
Cecilia: En los primeros pases, cuando vimos que la gente se reía, a nosotras nos entró la risa floja en momentos en los que no te ven, y tuvimos que controlarlo. En Microteatro dependes mucho del público, y cada pase es distinto.
Eva: Esa es la magia de Microteatro: cada pase es diferente. En un escenario grande quizá no notas tanto las reacciones, pero aquí las tienes a un metro.
Quizás al estar el público tan cerca ya se ríen y la comedia viene dada de por sí.
Eva: Puede pasar. Hay gente que, por la proximidad del actor, se ríe por cualquier cosa, y otros que se cohiben. Sobre todo la gente que viene por primera vez.
Cecilia: Tienen la risa congelada, pero en verdad se lo están pasando bien. Nos gusta que el público se ría.
Debe de ser agotador hacer tantos pases seguidos…
Eva: Depende. Hay obras más ligeras y otras más intensas. La nuestra está en un punto intermedio, pero acabamos cansadas lo justo.
Cecilia: A mí no me gustaría tener que hacerlo cinco días seguidos, aunque quizá algún día llegue una obra así.
Eva: El Microteatro es muy cinematográfico: repites secuencias con la misma intensidad una y otra vez.
Y a mantener la calma como se pueda… También Manu debe de influir en vosotras aunque no le veáis.
Eva: Con Manu no me pongo nerviosa, me da tranquilidad.
Cecilia: A mí también. Me inquietaría que no estuviese.
Eva: Sin él, nos desmadraríamos (risas).
Además, al ser amigo vuestro, cambia todo.
Eva: Queríamos calentar motores para la película que tiene en proyecto, donde también participamos.
Cecilia: Es muy buen director, paciente y sabe cómo decirte las cosas.
Os iba a preguntar si repetirías la experiencia, pero con la película queda claro…
Eva: Sí, pero si se retrasa, podemos hacer otro microteatro.
Cecilia: Hay mucha gente con la que trabajar, pero si estás a gusto, repetir es un lujo.
¿Alguna anécdota para destacar?
Eva: En Microteatro puede pasar de todo. El otro día dos señoras se salieron al inicio. También hay público que ha bebido y comenta la jugada. Hay que estar alerta.
Cecilia: Una vez que lo pruebas, engancha.
Vamos, que la obra es como visitar la mansión del terror…
Cecilia: Es inquietante, pero para pasar un rato agradable.
Eva: Sorprende desde el principio. Nos gusta descolocar a la gente. En tan poco tiempo se cuenta mucho y se hace sentir muchas cosas.
¿Qué ha sido lo más complejo y lo más sencillo de vuestros personajes?
Cecilia: Lo más complicado ha sido la parte técnica. Los personajes son sencillos, pero no fáciles.
Eva: Somos un poco “las malas” y eso me cuesta.
Cecilia: A mí me gusta, porque no es mi carácter.
¿Tenéis algún momento favorito?
Las dos: El final.
Cecilia, también estás compaginando esta obra con otra micro-obra: ¡Ay, que me viene! ¿Cómo lo llevas?
Cecilia: Me apetecía mucho. Es divertido porque los papeles son muy diferentes.
Será complicado cambiar el chip de una función a otra…
Cecilia: Es sencillo.
Eva: Los actores deben adaptarse rápido.
Eva, interpretaste a Rocío Jurado en una serie. ¿Cómo viviste esa etapa musical?
Eva: Tengo pendiente dar clases de canto. El playback lo hago perfecto (risas).
Cecilia: Estudié canto tres años y es una herramienta útil.
Eva: El saber no ocupa lugar.
¿Se te ha quedado algo de Rocío Jurado?
Eva: Sí, pero no me atrevo a cantar sus canciones. Quizá cuando dé clases (risas).
Esther Soledad Esteban Castillo, Madrid

