Entrevista a Santi Millán
Charlamos con Santi Millán sobre doblaje, teatro, televisión y esa mezcla de vértigo y felicidad que acompaña a cada nuevo reto: de dar voz a Ted a la ilusión por Frágiles, pasando por sus inicios en el teatro escolar y su amor confeso por Pixar.
—¿Cómo surgió tu participación en el proyecto de Ted?
Santi: Eso se lo tendrías que preguntar a Universal. Me llamaron, me contaron el proyecto, me hablaron de la película y para mí es un regalo.
Es un tío al que admiro y una película que es francamente muy divertida; poder participar en ella, aunque sea doblando al osito, es súper divertido.
—Es un lujo me imagino… Después de haber doblado al alienígena Paul, y al “oso guarroso”, ¿qué otro personaje de animación te hubiera gustado poder doblar?
Santi: Yo soy muy fan de la factoría Pixar y cualquiera de sus personajes me hubiera encantado, como Buzz Lightyear, que es espectacular.
—La verdad es que Pixar tiene personajes asombrosos…
Santi: Muchísimos.
—Te hemos visto en muchos tipos de papeles, ¿es en la comedia donde te sientes más cómodo?
Santi: Me siento muy cómodo, pero me gusta tocar también otros tipos. Me gusta poder cambiar de registro y de género; me resulta muy interesante que te ofrezcan otro tipo de papeles y personajes.
—Interpretar cualquier tipo de género debe ser fantástico.
Santi: Claro, además en la variedad está el gusto.
—¿Siempre quisiste ser actor?
Santi: Sí, sí. Yo de pequeño quise ser médico, pero cuando era muy pequeño. Luego, a partir de los diez años, me dio por esto y lo tuve siempre muy claro. Empecé a los diez años a hacer teatro en el colegio y entonces ya, allí donde iba, me apuntaba a grupos de teatro y con amigos, y desde entonces hasta ahora.
—¿Dónde te sientes más a gusto: en el teatro, en el cine, en la televisión?
Santi: Depende mucho del proyecto, de la gente con la que trabajes, pero yo donde me he criado, digamos, y donde he pasado todo es en los escenarios; es donde me siento más cómodo también, al haber un contacto directo con el público. Eso me gusta y me estimula.
—Al estar en el teatro no es igual que en la televisión, que requerís más ensayos, ¿no es así?
Santi: Ya no solo por el tiempo, sino por el sacrificio del teatro: el tener al público allí y la energía que se crea. Después, la televisión en directo tiene un punto muy teatral y tienes ahí al público en el plató, que se parece al proceso teatral. Pero en el cine o la ficción televisiva es otro tipo de trabajo: tú haces tu trabajo y, cuando lo ve el espectador, igual ha pasado un año desde que lo has hecho; ellos lo ven en su casa y tú estás en la tuya. Es diferente cómo funciona todo.
—Para los actores será muy importante estar cara a cara con el público, ver lo que sienten…
Santi: Sí, pero cada cual es un mundo. Quizás haya actores a los que eso no les gusta o no les motiva especialmente.
—¿Hay un papel en tu carrera que te haya marcado más o recuerdes con más cariño?
Santi: A todos les coges cariño. Yo creo que hay uno, pero que no se vio en el resto de España: lo hacía en un programa en Cataluña con Andreu Buenafuente, lo primero que hacía yo con él. Era un personaje que se llamaba Paco, un reportero, y la verdad es que es un personaje que guardo con un gran cariño.
—¿Qué fue lo más complicado de doblar a Ted?
Santi: En el doblaje, sobre todo para la gente que no somos expertos, cuanto más habla el “animal” más complicado se hace. Cuanto más habla seguido, más difícil, porque las frases cortas son más sencillas.
Pero cuando entra en conversaciones largas, pausas, cambios de ritmo… ahí es cuando todo se complica mucho. Aun así, tanto el técnico como el director de doblaje tuvieron mucha paciencia conmigo y me ayudaron mucho.
—Ha sido una grata experiencia. Se va a recordar como el oso más especial de toda la historia.
Santi: Sí, sí; se lo merece, ha hecho el trabajo para ello.
—Para preparar el doblaje del personaje, ¿cómo te has preparado?
Santi: Yo creo que el proceso de su creación es igual que para el de otro personaje. Aquí está la dificultad añadida de la técnica del doblaje, y eso es algo que tienes que incorporar, aprender y trabajar; pero el personaje se prepara como cualquier otro.
—No es lo mismo a veces prepararte como actor que para doblarle la voz.
Santi: Pero en el fondo sí es igual, ya que tiene que ser igual.
—Después de haberte visto tanto en doblaje, como participando en cine y televisión… ¿qué otro sueño te queda por cumplir en este mundo?
Santi: La verdad es que me queda mucho por hacer, pero también me voy poniendo retos a corto plazo: ir haciendo y disfrutando de lo que hago y lo que tengo en ese momento, y no obsesionarme ni agobiarme por el futuro.
—El día a día ya es bastante… ¿Qué ha significado la serie Frágiles para ti? ¿Continuará, te podremos seguir viendo?
Santi: Pues sí, vamos a tener la suerte de una segunda temporada. Todavía no sé cuándo vamos a empezar la grabación, pero continuará. Fue un trabajo muy intenso del que estábamos muy contentos y los actores y el equipo técnico estábamos muy ilusionados, y el hecho de que funcionara y que se renueve y haya segunda temporada es un regalo para todos.
—¿Cuáles son los proyectos futuros en los que te veremos?
Santi: La segunda parte de Frágiles, un monólogo mío llamado Santi Millán Live —donde hay también canciones—; es un show unipersonal. Y después, hace quince días he vuelto de rodar una película en Venezuela con Roberto Santiago y espero que se estrene en primavera.
Esther Soledad Esteban Castillo

