CRÍTICA: LA GLORIA DE MI MARE
La Gloria de mi mare es un espectáculo hecho para sentirlo y disfrutarlo, mientras lloras, ríes pero ante todo, te emocionas, con unas canciones que hipnotizan y unos actores que iluminan el escenario.
Con una escenografía sencilla y tan solo cuatro artistas: una cantaora, un guitarrista y las peculiares madre e hija, tenemos una obra recomendada para todos los públicos y de todo tipo de gustos, ya que gustará incluso hasta a los que no son partidarios del flamenco.
Si bien, el flamenco marca toda la obra notablemente, no es el único elemento. Esta es una de las obras más completas que podemos encontrar por la capital ya que nos arrancará una sonrisa, y ya es difícil en estos tiempos. Con un gran esfuerzo detrás y mucho ingenio, consiguen atrapar al espectador desde el primer minuto.
Además, encontramos en el teatro Caser Calderón un espacio muy cercano a los artistas y desde el que podemos ver con todo lujo de detalles cada secuencia. Una obra con toques clásicos pero innovadora, que atrae y gusta, y además eleva y hace un homenaje a la figura materna de todas y cada una de nuestras vidas, que bien emocionará a todos los que no tengan la suerte de tenerla en su vida, y hará reflexionar y sentir a todos los que si tengan ese regalo en sus vidas.
La gloria de mi mare, una obra imprescindible que agarrará vuestro corazón hora y media sin dudarlo.
Esther Esteban, Madrid



