
José Coronado, actor consagrado del cine español, protagoniza Los Últimos Días, un thriller postapocalíptico dirigido por los hermanos Álex y David Pastor y producido por Morena Films. Con una trayectoria que abarca desde el cine al teatro y la televisión, Coronado vuelve a sumergirse en un papel complejo dentro de una historia ambientada en una Barcelona colapsada por una pandemia de agorafobia masiva.
En esta producción, interpreta a un personaje inicialmente egoísta y endurecido que, a lo largo del relato, se transforma profundamente, reflejando las contradicciones del ser humano ante situaciones extremas. La película, rodada en condiciones físicas exigentes, combina acción, emoción y una fuerte crítica medioambiental. El actor comparte aquí su experiencia de rodaje, su visión del género y su compromiso con un cine que interpela al espectador desde la emoción y la reflexión.
1. Las películas de desastres o de zombies, ¿sacan lo mejor del ser humano o de los supervivientes?
José Coronado: Esta no es exactamente una película de zombies. Es más bien una posible realidad, un castigo que la Tierra podría sufrir si no ponemos freno a cómo la estamos destruyendo. En Los Últimos Días se muestra que, cuando todo se va al traste —el poder, el dinero, el sistema—, lo único que realmente importa son los vínculos afectivos, la familia, el amor. En esos momentos, aflora lo más auténtico de las personas.
2. ¿Qué fue lo que más te convenció para participar en este proyecto?
José Coronado: Me lo ofreció Morena Films, que acababan de producir Celda 211, una película impresionante. Además, el hecho de que lo dirigieran los hermanos Pastor, formados en Nueva York y con una mirada estética muy potente, me atrajo mucho. Y sobre todo, me gustó el personaje: empieza siendo un auténtico hijo de puta, y poco a poco se transforma, se va desnudando emocionalmente. Es un viaje interno muy interesante.
3. ¿Cómo te preparaste para un rodaje tan exigente físicamente?
José Coronado: Es parte de nuestro trabajo como actores. A veces te tocan papeles duros, con mucha exigencia física, y tienes que estar preparado. Yo siempre he sido deportista, y este tipo de rodajes me activan un mecanismo interior que me da una energía triple. Cada plano que veías era una maravilla, y eso te empujaba a seguir. Además, sarna con gusto no pica. Estábamos muy motivados, muy orgullosos de lo que hacíamos, y sabíamos que esas situaciones no se repiten fácilmente. Hay que conservar hasta los últimos días el niño que llevamos dentro.
4. ¿Recuerdas alguna anécdota especial del rodaje?
José Coronado: Recuerdo que estábamos tan metidos en los personajes, y físicamente tan sucios y desgastados, que la maquilladora nos decía que mejor no nos ducháramos para no perder “el realismo” (ríe). Llegué a romperme el dedo gordo del pie rompiendo una trampilla, y aun así tenía que fingir que me dolía la mano. Pero cuando tienes tanta ilusión, y sabes que hay 80 personas trabajando contigo, no puedes quedarte en casa. Eso te da fuerza y responsabilidad.
5. ¿Cómo fue trabajar con dos
directores en vez de uno?
José Coronado: En este caso no eran solo dos directores: eran un tándem perfecto. Llevaban cinco o seis años preparando la película y funcionaban como un matrimonio bien avenido. Si les preguntabas algo sobre el personaje, lo tenían todo clarísimo. No hubo confusión ni solapamiento; fue todo fluido y muy profesional.
6. Te hemos visto recientemente en El Cuerpo, otra película de suspense. ¿Es el thriller tu género preferido?
José Coronado: Sí, sin duda. Como espectador me encanta, y como actor me ha ayudado mucho. El thriller tiene una tensión que exige estar muy conectado emocionalmente, y eso lo hace muy estimulante.
7. ¿Y qué medio prefieres: cine, televisión o teatro?
José Coronado: Cada uno tiene su esencia. El teatro es cuerpo y voz; el cine son los ojos, los silencios, la expresión mínima; y la televisión es indispensable hoy en día. Creo que todos los actores deberían pasar por los tres. El teatro debería ser la fuente a la que todos volvamos, pero lo ideal es moverse entre todos los formatos.
Esther Soledad Esteban Castillo
