Beatriz Rico presenta Mejor viuda que mal casada, un monólogo teatral que ha creado desde su experiencia personal y profesional, transformando vivencias cotidianas y reflexiones íntimas en una comedia ácida, viva y directa. La actriz, conocida por su versatilidad en televisión, cine y teatro, se sube en solitario a las tablas para encarnar a Patricia, una viuda negra que arrastra consigo los recuerdos de varios hombres que pasaron por su vida. El espectáculo, entre carcajadas y complicidades, combina ironía, música, interacción con el público y una carga emocional que sorprende por su honestidad. Rico se entrega sin filtros a un personaje que es tanto una máscara como una confesión, y convierte cada función en una experiencia distinta y catártica.
1. ¿Cómo llegaste a Mejor viuda que mal casada?
Beatriz: Siempre lo cuento al terminar la función. Mientras trabajaba con Gabino Diego —mi “hermano” del alma—, él solía decirme: “Tienes que llevar eso al escenario, cuéntalo como me lo cuentas a mí”. Pero nunca me atreví, me daba pudor. Hasta que Juanjo Múgica, guionista, me propuso crear un personaje: una viuda negra que habla de sus ex. Esa idea me dio la excusa perfecta. Y aunque no invitaría a ningún ex a ver la función, gracias a Patricia puedo contar muchas de esas cosas que suceden en pareja. Lo hago desde el humor, con complicidad, sin caer en lo vulgar.
2. ¿Cómo ha sido interpretar a Patricia?
Beatriz: Es una maravilla y una terapia. Cuando estás sola en escena, sin presiones externas, puedes desarrollar tu personaje libremente. Patricia empezó siendo más agresiva, pero el público me decía que daba miedo, así que la suavicé. Ahora tiene un tono más dulce y humano, aunque sigue sin filtros ni complejos. Es liberador.
3. ¿Has modificado al personaje con el tiempo?
Beatriz: Sí, sin duda. Hay vídeos antiguos donde se ve a una Patricia más crispada. Con el tiempo la he hecho más cercana. A veces se le va la cabeza, pero enseguida vuelve en sí. Eso la hace entrañable.
4. ¿Entonces ha pasado de ser muy dura a ser más tierna?
Beatriz: Exactamente. Y cuando tengo un mal día, salgo del teatro renovada. La comedia tiene ese poder. La función es un espectáculo vivo: hoy mismo en la ducha se me ocurrió una nueva escena. Siempre incorporo cosas nuevas.
5. ¿El espectáculo cambia según el público?
Beatriz: Claro. Aunque hay un texto cerrado, todo depende de cómo responda la audiencia. Tengo la suerte de que el público entra desde el primer momento con ganas de reír, y se establece una complicidad que me da alas.
6. ¿Son tus compañeros de escena el propio público?
Beatriz: Totalmente. Incluso hay un momento en que suelto el personaje y hablo como Beatriz. Es muy íntimo. Al principio dudaba en incluirlo, pero el público lo agradece. Se produce un silencio respetuoso… y después retomamos la risa.
7. ¿Se puede llorar también con la obra?
Beatriz: Sí, sobre todo cuando toco temas personales como la maternidad. Hay frases que duelen. Y aunque la función es una comedia, tiene su trasfondo emocional.
8. ¿Hay partes tuyas en el personaje?
Beatriz: Muchas. Algunas experiencias son mías, otras de amigas. Patricia no tiene mi vida, pero sí mis emociones. He metido muchas manías de mis ex, por eso no los invito a verla (ríe).
9. ¿Y el miedo escénico?
Beatriz: Muchísimo. No lo supero. Me sube la fiebre antes de salir. Incluso me tiemblan las manos. Pero tras cinco minutos en escena, todo pasa. Es como entrar en un Nirvana.
10. ¿Nunca se va el miedo, entonces?
Beatriz: Es como el miedo a volar. No desaparece. He llegado a tener herpes y neuralgias por el estrés. Pero luego salgo al escenario, lo doy todo… y compensa.
11. ¿Siempre quisiste ser artista?
Beatriz: Siempre. De pequeña decía que quería ser artista, no actriz. Era la “niña espectáculo” en las reuniones familiares. Con el apoyo de mi familia, terminé mis estudios y me vine a Madrid a intentarlo.
12. ¿Un desafío cumplido?
Beatriz: Total. Cuando Juanjo Múgica me ofreció el personaje, le pedí hacer cabaret, imitar a Madonna… ¡todo lo que siempre soñé! En esta obra puedo ser libre y decir lo que quiera.
13. ¿Y tus inicios en televisión, como Telebuten o El Precio Justo?
Beatriz: Guardo muy buenos recuerdos. El Precio Justo fue una plataforma. Me ayudó a perder el miedo a las cámaras y me abrió puertas. Todo fue encadenándose a partir de ahí.
14. ¿Te gustaría volver a hacer algo musical?
Beatriz: Aquí canto. Me encanta la música. Estudié teatro musical y me preparé vocalmente. Grabar discos no lo tengo claro, pero con una banda de rock potente… quizá.
15. ¿Cómo fue tu paso por series como Un paso adelante?
Beatriz: Fue una etapa agotadora pero preciosa. Me hizo muy conocida. También odiada (ríe), porque mi personaje era malo. Pero fue un impulso para hacer cine con Garci, por ejemplo.
16. ¿Y trabajar con Garci o Fernando Fernán Gómez?
Beatriz: Fue impresionante, aunque luego ves que son muy accesibles. Con Fernando tuve el privilegio de charlar en su casa. Aprendes muchísimo con gente así.
17. ¿Te quedas con alguna anécdota?
Beatriz: Muchas. Fernando me gritó una vez en el rodaje. Yo hice pucheros, y al día siguiente me llevó de paseo. Me dijo: “Cuando grito no es que chille, es que tengo la voz así”. ¡Era un genio!
18. ¿Dónde te sientes más cómoda: cine, teatro o televisión?
Beatriz: Lo ideal es compaginar. El teatro te da recursos, la televisión visibilidad y el cine prestigio. Soy inquieta, me gusta ir de un trabajo a otro.
19. ¿Con qué papel de tu carrera te quedas?
Beatriz: No puedo elegir uno, todos tienen algo de mí. Pero le tengo mucho cariño a Alicia, mi primer papel en cine junto a Gabino. Fue un debut muy especial.
20. ¿Tienes algún proyecto próximo?
Beatriz: Sí, puede que pronto me veáis en televisión, pero aún no puedo contar más. Estoy muy ilusionada.
Esther Esteban, Madrid

